En ambas bases operativas, los reos fueron certificados por médicos de esta dependencia, que valoraron su estado físico, al mismo tiempo que recibieron alimento e hidratación antes de la entrega de la custodia a la autoridad federal.
Por lo que luego fueron trasladados de diversos penales, rumbo al aeropuerto de la capital mexiquense para ser llevados a instituciones federales, toda vez que por su perfil criminológico representaban un considerable riesgo institucional para los penales mexiquenses.
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