• Es momento de pasar de los años de estudio en el tema, a los hechos, a la realidad que es inocultable en las distintas concentridades, de lo contrario, esto derivará en consecuencias fatales.
Por Mario Ruiz Hernández
VALLE DE MÉXICO a 21 de diciembre del 2018.-Trascendente resulta para municipios como Naucalpan, el poder lograr superar los desafíos que representan las conurbaciones o zonas Metropolitanas como la nuestra, del Valle de México.
Lo importante y para el caso, hacer posible “La Reforma de gran calado al 115° Constitucional”, y efectivamente, llegar a la concurrencia entre los distintos órdenes de gobierno sin censura política.
En ese viaje al tiempo, entre una y diversas iniciativas de ley que giran en torno al tema, ir a los hechos, pero igual, dar los resultados deseados en esa gran gama de problemas comunes.
Decir, de ellos y otros, en cuanto a los graves conflictos de movilidad, saturación urbana, medio ambiente, el sistema hídrico de la zona, que sobra comunicarlo, se encuentra colapsado.
Asimismo, las complicaciones en materia de seguridad y los altos índices delictivos en la elevada cartografía del crimen en esta región del estado de México.
Aunado, a la grave pobreza patrimonial, alimentaria y extrema que aún prevalece, sobre todo en demarcaciones mexiquenses y citadinas que conservan en sus entornos a grupos originarios.
Por otra parte, rebasar el asunto como tema de estudio o de renovación y/o actualización de la agenda metropolitana, cuando existen realidades inocultables.
En ese sentido, alcanzar la coordinación institucional a efecto de responder a la gente, en uno y diversos escenarios de encumbrada saturación urbana que imposibilita todo; es decir, movilidad, conectividad, seguridad y el desplazamiento al agudo riesgo, entre otros apremios.
Más y todavía nada menor, el agotamiento de nuestras fuentes de agua; la sobreexplotación del acuífero y la mutación bestial de suelos naturales protegidos.
Los resultados, la notable demanda de servicios básicos; agua, luz, recolección de desechos, mantenimiento de parques y jardines y de la infraestructura urbana.
Sumado, al total saneamiento de ríos, presas, arroyos y múltiples cuerpos de agua sucia o putrefacta, que atraviesan demarcaciones o territorios completos.
Dejar en claro, la petición de lo qué nos falta, de lo qué nos duele en este “Lugar de la Cuatro Casas”, el ese “Naucalpan desmadrado, endeudado y saqueado” en los años.
Por eso, de la urgencia del trato desde una visión metropolitana, y no de enfoques basados en las ocurrencias, con perfiles de primer experiencia de gobierno, y peor, que no sean de Naucalpan.
VALLE DE MÉXICO a 21 de diciembre del 2018.-Trascendente resulta para municipios como Naucalpan, el poder lograr superar los desafíos que representan las conurbaciones o zonas Metropolitanas como la nuestra, del Valle de México.
Lo importante y para el caso, hacer posible “La Reforma de gran calado al 115° Constitucional”, y efectivamente, llegar a la concurrencia entre los distintos órdenes de gobierno sin censura política.
En ese viaje al tiempo, entre una y diversas iniciativas de ley que giran en torno al tema, ir a los hechos, pero igual, dar los resultados deseados en esa gran gama de problemas comunes.
Decir, de ellos y otros, en cuanto a los graves conflictos de movilidad, saturación urbana, medio ambiente, el sistema hídrico de la zona, que sobra comunicarlo, se encuentra colapsado.
Asimismo, las complicaciones en materia de seguridad y los altos índices delictivos en la elevada cartografía del crimen en esta región del estado de México.
Aunado, a la grave pobreza patrimonial, alimentaria y extrema que aún prevalece, sobre todo en demarcaciones mexiquenses y citadinas que conservan en sus entornos a grupos originarios.
Por otra parte, rebasar el asunto como tema de estudio o de renovación y/o actualización de la agenda metropolitana, cuando existen realidades inocultables.
En ese sentido, alcanzar la coordinación institucional a efecto de responder a la gente, en uno y diversos escenarios de encumbrada saturación urbana que imposibilita todo; es decir, movilidad, conectividad, seguridad y el desplazamiento al agudo riesgo, entre otros apremios.
Más y todavía nada menor, el agotamiento de nuestras fuentes de agua; la sobreexplotación del acuífero y la mutación bestial de suelos naturales protegidos.
Los resultados, la notable demanda de servicios básicos; agua, luz, recolección de desechos, mantenimiento de parques y jardines y de la infraestructura urbana.
Sumado, al total saneamiento de ríos, presas, arroyos y múltiples cuerpos de agua sucia o putrefacta, que atraviesan demarcaciones o territorios completos.
Dejar en claro, la petición de lo qué nos falta, de lo qué nos duele en este “Lugar de la Cuatro Casas”, el ese “Naucalpan desmadrado, endeudado y saqueado” en los años.
Por eso, de la urgencia del trato desde una visión metropolitana, y no de enfoques basados en las ocurrencias, con perfiles de primer experiencia de gobierno, y peor, que no sean de Naucalpan.
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