Ante los hechos, un grupo de ejidatarios de dicha comunidad impidieron el paso, obligando a los trabajadores a retirarse y advirtiéndoles que no pueden ingresar a los terrenos debido a que no cuentan con la autorización y tampoco han presentado a la comunidad los planos del proyecto que afectará sus tierras.
Aunque hasta el momento la situación se encuentra en aparente calma, los ejidatarios decidieron mantener grupos de vigilancia, pues no descartan nuevos intentos e incluso la utilización de la fuerza pública, de golpeadores paramilitares -como ya se ha hecho anteriormente-, para seguir tratando de imponer esta mega-obra asociada al NAICM.
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