• Por si fuera poco, no hay un rumbo definido, su dirigencia estatal anda más en otros asuntos que en el compromiso político, perdiendo presumiblemente el respeto ante hombres y mujeres de gran calado, y de extraordinaria trayectoria.
Por Mario Ruiz HernándezVALLE DE MÉXICO, a 10 de agosto del 2020. –En el análisis de la dirigencia del PRI Edomex rumbo al proceso electoral venidero-2020-2021- para nada es un asunto halagador.
Asimismo y tampoco lo es y quizá, por todos los alrededor de 40 reformas a sus estatutos en materia de violencia política, paridad de género, garantizar la participación de jóvenes en cargos, el registro de candidatos de elección popular en los tres órdenes de gobierno, entre otros temas.
El PRI avaló modificaciones en sesión virtual para garantizar que el 30% de las candidaturas sean para jóvenes, con el objetivo de darles mayores oportunidades.
De igual forma, que el 50% sea para las mujeres, no obstante, los cambios más relevantes se encuentran la eliminación de la postulación de candidatos presidenciales externos.
Lo anterior según, para evitar casos como el de José Antonio Meade. Cabe recordar que el ex secretario de Hacienda se benefició de ajustes en los estatutos y la apertura de candados para lograr ser candidato presidencial de los priistas en 2018.
Sin embargo y en el entramado institucional a propósito de bajar las mutaciones estatutarias en el denominado “laboratorio político” en el país, el Edomex, está cómo para pensarse.
El tricolor en la entidad mexiquense por ser el de mayor peso electoral precisamente del país, se encuentra en una severa crisis de credibilidad; “La Marca PRI”, ya no es vendible ni atrayente.
Más allá de sus hombres y mujeres, muchos de ellos de impecable trayectoria y de respeto, decíamos justamente que “la Marca”, está totalmente desacreditada y todavía así, pretender vivir de sus “viejas glorias”.
Aunado a ello, y pese a sus resultados en las últimas elecciones por poner tan sólo un ejemplo, en el Valle de México, siguen en la cultura de “la línea, las imposiciones, el mapacheo, y la subordinación”.
Su jefe político-el denominado primer priísta de la entidad-Alfredo Del Mazo Maza- es el efecto de una elección sumamente cuestionada y sostiene una gubernatura no del todo legitimada en votos.
Por otra parte, el qué comunicar del PRI cuando a las dirigencias llegan figuras políticas que van hacer “escuelita, que al parecer tienen un Nuevo juguetito y les gana más la frivolidad que el compromiso”.
Desafortunadamente, hombres y mujeres que tampoco generan respeto y estatura política, y así de entrada; las analogías entre Alejandra Del Moral, con Arturo Montiel Rojas.
Posiblemente y para nada, con Mario Ruiz de Chávez; Heberto Berrera Velázquez, Cuauhtémoc Sánchez Barrales, Héctor Ximénez, Jaime Vázquez Castillo y Fernando Alberto García Cuevas.
Así también, Francisco Maldonado Ruiz, Manuel Garza González, Arturo Ugalde, Ana Lilia Herrera Anzaldo, Eruviel Ávila, Ricardo Aguilar, Luis Videgaray, Raúl Domínguez e Isidro Pastor, entre otros.
Creo que con ningún hay punto de comparación, y peor si nos vamos décadas atrás, con Filiberto Gómez, Wenceslao Labra, Sixto Noguez y Antonio Mercado Guzmán, por mencionar sólo algunos.
La evaluación delicada, el momento desolador y un marco contextual fúnebre y que les permitirá competir como partido emergente.
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