domingo, 5 de enero de 2014

La opinión de ... Salvador Ferrer i Paradeda

De pactos a… tartanas tiradas por burros Salvador Ferrer i Paradeda Analizando los 12 meses transcurridos y poniendo en una balanza los sucesos políticos, deportivos, sociales, bodas, bautizos, comuniones y demás fiestas que acaparan la atención del mundanal ruido, me doy cuenta que seguimos…como siempre. Hasta en el Polo norte siguen los pingüinos rodeados de hielo y buscando una compañía eléctrica que subvencione la toma de estufas eléctricas, porque ni árboles tienen para talarlos y hacer como el resto de los mortales, arrasar bosques y selvas. Pobres pingüinos, en su soledad helada ni los mundiales de fútbol podrán ver. Están también los osos polares, de un blanco inmaculado y proteccionistas de la familia, ellos son la imagen de aquellos alejados lugares, imponen respeto y además pueden pasarse meses sin decir ni pío. Vayamos al mundo “civilizado”, donde nos atropellamos y dejamos a un lado lo que no nos importa, donde el vecino es eso… un hijo de vecino, el que no te deja dormir cuando llora, o aquel que llega tarde por las noches solicitando cualquier tipo de favor a la esposa, desde unas quesadillas hasta… (dejémoslo así). Un mundo lleno de pasión, de estiramientos de piel, de ropa de marca, de poses estudiadas, de palabras rebuscadas, de perfumes importados y los tacos de ojo del taquero de la esquina, aquel que cuando te ve venir, sonríe de oreja a oreja –en España hablaríamos de bocata y vaso de vino tinto-. También existen los llamados políticos, pero son mundo aparte, viven de lo suyo, la política, la misma que hace y reparte por doquier, desde sus tribunas dan largos discursos sobre la igualdad de sexos… -ah no, eso no- bueno, la igualdad de lo que sea, pero no son iguales, son diferentes, vengan de donde vengan y sean de donde sean. ¡Ah los políticos!, no me cansaré de ensalzarlos, su trabajo es duro, empiezan con mil amigos y terminan con uno, normalmente suele ser alguien que ni se ha enterado. En fin, ahora que los pactos están tan de moda y casi han desaparecido las tartanas tiradas por burros, habrá que empezar a pensar quién tirará de los carruajes, ¿no?. Que conste, esa frase estaba desde el encabezamiento eh, nada que ver con personajes ni los animales nombrados.

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