La opinión de ...Salvador Ferrer i Paradeda (Tal vez...)

Tal vez… Salvador Ferrer i Paradeda. Nos mostramos confundidos ante la avalancha de noticias, las desgracias ajenas, las pérfidas palabras que rodean cualquier acontecimiento y además, mostramos indiferencia. Los humanos somos carne de cañón y hasta tal vez “homo-sapiens-inconclusos”. No tenemos la voluntad de analizar las cosas, mucho menos de cerrar los ojos y elevar una plegaria hacia cualquiera de los dioses que uno crea, no se trata de sacar el silicio y darnos hasta cansar el brazo –o los brazos- , aunque sí deberíamos escupir al aire y que nos cayera encima en forma de lluvia de colores. Muertos, vivos, falacias, desapariciones, asaltos, atracos, secuestros, atentados, políticos sin corazón, sacerdotes que les sobran sotanas y les faltan… eso, ya imaginamos la palabra adecuada –cada uno que ponga la suya- , en fin, que nos hemos acostumbrado a torear con todo lo que se escribe, se oye o se ve. Noticieros y noticias van tomados de las manos, buscan culpables y encuentran inocentes, buscan salidas y hallan todo cerrado, hacen un círculo vicioso y encuentran un cuadrado romo… Tal vez seamos unos inútiles en cuanto al razonamiento y desvariamos ante la imagen de una muchacha hermosa vestida de tentaciones, en cambio no vemos al padre o madre de familia buscar una mano que le ayude, eso sí, elevamos un grito porque no es posible que haya tanta miseria…¿qué hacemos para combatirla?, nada o casi nada, unos pocos se entregan en dar al prójimo cuanto tienen, el resto… seguiremos comiendo en cualquier hamburguesería de moda y celebraremos una victoria deportiva como si se tratara del fin del mundo. Tal vez tenemos lo que nos merecemos, aunque teniéndolo, no lo apreciamos. Rubricaremos con letra ilegible el documento que nos haga ser inocentes y algo santos, desde el cielo nos contemplan –astronautas y marcianos- porque no creo que nadie más logre atisbarnos lo más mínimo, por mucho que los elegidos insistan en crear el cielo, infierno y purgatorio, No existe ni existirá, son inventos salidos de la necesidad de creer en algo o alguien, cualquier intruso serviría para auto-proclamarse divino, y de sus palabras saldría lo mismo… tal vez. Así que guardo la maleta viajera y me dispongo a sacar la mochila para andar por caminos polvorientos buscando ese… tal vez, para hallarle una explicación.