La libertad de expresión en México, una actuación simulada desde tiempos inmemorables

Aiden M. La libertad de expresión es un derecho fundamental y un ejercicio textualmente descrito en la Constitución Mexicana, que en sus artículos 6 y 7 garantiza la libre manifestación de las ideas y la inviolabilidad de la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia sin previa censura, sin que puedan ser objeto de inquisición judicial o administrativa, salvo que con su ejercicio se ataque a la moral o los derechos de tercero, se provoque algún delito o perturbe el orden público. La libertad de expresión no tiene más límites entonces, en México y en cualquier otro país democrático, que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública.

Sin embargo en nuestro país antes de la llegada del Internet, se encontraba profundamente aletargado y censurado, mientras los medios de comunicación hegemónicos han servido hasta el día de hoy como portavoces del gobierno. Anteriormente los medios que no seguían las líneas editoriales que convenían a los intereses del gobierno, realizaban cierre de periódicos y radiodifusoras, y las investigaciones judiciales de la disidencia política era una práctica habitual y un acto inconstitucional inaceptable, propio de los regímenes autoritarios. Hoy el poder de las redes sociales ha logrado establecer una mayor apertura, sin embargo aún existen ejercicios por parte del estado para controlar opiniones, manipular hechos y menoscabar pensamientos divergentes. Un ejemplo de ello, es el caso de la página de internet #1DMx, que nace en la conmemoración de los hechos del 1ero de diciembre de 2012 con el propósito de oponerse a la mentira y evidenciar el uso de fuerza excesiva, así como documentar las violaciones a los derechos humanos y los abusos policiacos que se registraron durante la toma de protesta de Enrique Peña Nieto Días antes del 1ero de diciembre de 2013, autoridades tanto mexicanas como estadounidenses ordenaron la censura del sitio #1DMx, señalan al comisionado Manuel Modragón como responsable de dicha censura, así como a la Embajada de Estados Unidos en México. Hoy la única oposición permitida en México, es la oposición simulada.