martes, 6 de mayo de 2014
Explosión del dengue en Sinaloa, una nueva preocupación para la gente
Enrique Alvarado .
En Sinaloa la preocupación de autoridades y población en general no recae únicamente en la presencia del crimen organizado y la violencia, pues con 456 casos confirmados en lo que va del 2014, el dengue ocupa la posición preponderante de temas a resolver.
Este año es considerado uno de los más graves, en cuanto a propagación de la enfermedad se refiere para el estado gobernado por el panista Mario López Valdez, pues con un aumento del 355 por ciento en comparación con 2013 (78 casos), Sinaloa ocupa el primer lugar nacional en casos de dengue clásico y hemorrágico (fase letal del padecimiento).
Tal panorama, es poco alentador incluso para las autoridades responsables, quienes no tienen empacho en ocultar su preocupación. Como Ernesto Echeverría Aispuro, Secretario de Salud de Sinaloa quien con base en el pronóstico de la Organización Panamericana de la Salud, de que el estado será de los más afectados, aceptó que el vaticinio “no es nada halagador”.
Cifras al 21 de abril de 2014, señalan que la entidad registra 198 casos de dengue clásico y 258 de dengue hemorrágico, muy por encima de los 60 y 18, respectivamente que anunció la Dirección General de Epidemiología. Estos datos, refirió Echeverría, son favorecidos por dos elementos: el cambio climático, ya que al no haber invierno el mosquito Aedes Aegypti no se pudo eliminar; y la actitud renuente de la sociedad sinaloense.
Pues de acuerdo con el secretario, a pesar de que llevan más de 20 años informando la importancia de eliminar los criaderos de mosquitos, “existe mucha resistencia de la sociedad en revisar sus patios, sus techos y eso es un serio problema de cómo podemos lograr que la ciudadanía realmente participe”, preocupación que se suma a la resistencia que el bicho ha adquirido contra los insecticidas que les aplica.
Respecto a la negativa de los sinaloenses, es también conocido el rechazo que tienen ante los brigadistas por el miedo a que los asalten, a pesar de que estos lleguen uniformados y con identificaciones, por lo que en muchas ocasiones los encargados de fumigar sólo obtienen un “no” por respuesta cada que intentan ingresar a las casas.
A pesar de lo que pudiera señalar Echeverría Aispuro, como que el 2014 ha sido un año atípico con casos que requieren hospitalización, y que cuentan con “la capacidad suficiente para atender todos los casos, siempre y cuando no exista un brote epidémico”, con un promedio semanal de 12 casos de dengue clásico y 13 de hemorrágico, las tres muertes presentadas con síntomas parecidos al dengue, avisan la crisis epidemiológica que podrían venirse.
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