lunes, 11 de agosto de 2014
Barbosa augura “rotundo fracaso” a reforma energética
Alejandro Páez | La Crónica.
La reforma energética que será promulgada este lunes por el presidente Enrique Peña Nieto “cambia de manera sustancial” el pacto social que se creó para generar estabilidad y gobernabilidad en el país, pues se excluyó a la izquierda de este mecanismo, lo que puede provocar distanciamiento y polarización, advirtió el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa.
“La exclusión sólo ha provocado polarización, confrontación y distanciamiento, y el poder no ha valorado la enorme contribución de la izquierda para circunscribir su lucha a la arena electoral e institucional”, estableció.
De hecho auguró “un rotundo fracaso” para esta reforma derivado de la falta de controles a la corrupción y el desmantelamiento de Pemex y CFE, lo que pronto derrumbará esa “fachada de éxito” que pregona el gobierno del presidente Peña Nieto.
“Muy pronto se verán los saldos de esta reforma. Inevitablemente se derrumbará la fachada de éxito y quedarán al descubierto los resultados de una privatización fallida”, afirmó.
El nuevo modelo energético –vaticinó— tendrá el mismo resultado que en su momento tuvo la privatización del ejido, de los ferrocarriles, de las telecomunicaciones y tantas otras cosas que se entregaron al capital privado en aras de la productividad: será un rotundo fracaso.
Por ello, para Barbosa “no hay nada que festejar”, con esta reforma energética que fue aprobada por legisladores afines al gobierno, y acusó que esta sumisión hacia el poder de gran parte de senadores y diputados tendrá graves costos para la autonomía del Congreso de la Unión.
“Existe un antes y un después de la promulgación de la privatización de nuestros recursos energéticos. En el fondo la decisión fue plegarse al poder, esta sumisión tendrá costos graves para la autonomía del Congreso de la Unión y para nuestra vida democrática”, reprochó.
El líder de los senadores perredistas recalcó que esta reforma aprobada por una mayoría conformada por PRI y PAN, privatiza los recursos naturales, entrega la renta petrolera a las empresas privadas, legaliza el desmantelamiento de Pemex y CFE, y afecta la estabilidad laboral de miles de trabajadores dedicados a la exploración, extracción, refinación, distribución y comercialización de hidrocarburos.
Esta nueva reforma –agregó— de poco servirá sin controles para el combate a la corrupción y nada asegura su éxito, toda vez que fue implementada por los mismos hombres que hicieron mal uso del modelo anterior.
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