lunes, 3 de agosto de 2015

Dolores del Río, recordada en Nueva York por su natalicio

LA CRÓNICA La actriz mexicana Dolores del Río, una de las máximas estrellas del cine nacional y quien figuró también en Hollywood durante la época del cine mudo y principios del sonoro, fue recordada a 111 años de su natalicio con la muestra “El cine negro mexicano de la década de 1940 y 1950”, en Nueva York.
La protagonista de filmes como "María Candelaria" y "Flor Silvestre", se mantiene vigente y, en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, se proyectaron siete películas del cine negro, entre ellas, “La otra”, en la que Del Río compartió créditos con Agustín Irusta y Víctor Junco, dirigidos por Roberto Gavaldón. La película cuenta la historia de “María” y “Magdalena”, dos hermanas gemelas; una millonaria, la otra pobre. La primera asesina a su hermana para suplantarla. La muestra tuvo lugar del 23 al 29 de julio y cada cinta que formó parte de ésta, se proyectó dos veces. Dolores Asúnsolo y López Negrete de Martínez del Río nació el 3 agosto de 1904 en Durango. Fue hija única del matrimonio formado por Antonia López Negrete y López, y Jesús Leonardo Asúnsolo, próspero ganadero y comerciante originario de Chihuahua. La renombrada actriz, quien falleció el 11 de abril de 1983, solía recordar que durante su infancia, fue criada como una princesa. Aseguraba que su madre estaba tan orgullosa de su origen aristocrático, que viajaba a todas partes con un enorme legajo que certificaba la nobleza de su casta familiar, que se remontaba a la España anterior a la época del Virreinato. Al estallar la Revolución Mexicana, los Asúnsolo emigraron a la capital mexicana y dejaron atrás sus posesiones más preciadas. Años después, Dolores recordaría ese traslado como su primer contacto con un México muy distinto al que ella pertenecía: un país de soldaderas y campesinos, de personajes recios, dignos y humildes, iguales a los que después interpretó en sus filmes más famosos. Desde muy pequeña, demostró aptitudes para la danza, arte que la dio a conocer entre el selecto grupo social en el que se desenvolvía. Fue precisamente en una función dancística, en la que la joven conoció a Jaime Martínez del Río, un refinado y culto heredero, con quien contrajo nupcias tan sólo dos meses después. En 1925 el matrimonio ofreció una fiesta a la que asistió el estadunidense Edwin Carewe, productor de Hollywood. La belleza y gracia de Dolores cautivaron al cineasta, quien se enamoró de ella. En un movimiento audaz, el productor convenció a la pareja de abandonar su bucólica vida en la capital mexicana y emigrar a Hollywood, donde Dolores se convirtió -de nuevo- en una princesa, ahora de la pantalla grande. En la meca del cine, Dolores del Río filmó más de 30 películas. Se divorció de su primer esposo (aunque conservó el apellido de él durante toda su carrera). Después se casó con el escenógrafo Cedric Gibbons y se convirtió en una celebridad internacional. Aunque su primer cinta fue "Joanna" (1925), "Ramona" (1928) fue la película que la convirtió en una estrella del Séptimo Arte. Durante los años 20 y 30 era muy popular en Hollywood y no le gustaba participar en producciones mexicanas. No obstante que su inglés era fluido, su acento limitó sus opciones histriónicas, razón por la cual muchas de sus intervenciones fueron estereotipadas. Sin embargo, fue la primera latina que tuvo éxito en Hollywood. Entre las 30 películas que filmó figuran algunos musicales. Cuando su fama entró en declive regresó a México, sin imaginar que iniciaría una nueva y exitosa carrera. De sus primeros trabajos de renombre en este país se encuentra "Flor silvestre", que forma parte de la Época de Oro del Cine Mexicano. También destacan las coproducciones Estados Unidos-México: "Bird of paradise" (1932) y "Flying down to río" (1933), con Fred Astaire y Ginger Rogers. Protagonizó "María Candelaria" (1944), "Doña perfecta" (1950) y "Flaming star" (1960), entre otras. En 1946 ganó el Premio Ariel por "Las abandonadas" (1944); en 1953 por "Doña perfecta" (1950), y en 1954 por "El niño y la niebla" (1953). Además, participó en filmes de Inglaterra, Argentina, España e Italia. Después de dos décadas de radicar en México, en 1960 regresó a Hollywood. Su belleza "clásica" impactó, razón por la cual se le consideró una imagen de la sexualidad. Actualmente es una figura notable en la historia de la cinematografía tanto en México como en Estados Unidos. Dolores del Río, quien también trabajó en teatro y televisión, decidió retirarse de la actuación en 1978. De las más de 50 películas en las que intervino figuran "Bugambilia" (1944), "La selva de fuego" (1945), "La otra" (1946), "Historia de una mala mujer" (1947) y "La malquerida" (1949), "La casa chica" (1949), "Deseada" (1950), "Reportaje" (1953), "Señora ama" (1954), "¿A dónde van nuestros hijos?" (1956), "Torero" (1956), "La cucaracha" (1958) y "El pecado de una madre" (1960). Así como "La dama del alba" (1965), "Casa de mujeres" (1966) y "The children of Sánchez" (Los hijos de Sánchez) (1978), "Joanna" ("Joanna, la muñequita millonaria") (1925), "High steppers" (La vida alegre) (1926) y "The fugitive" (1947), estas últimas producciones estadunidenses. La histriona murió el 11 de abril de 1983 en La Joya, California, y desde ese entonces ha sido homenajeada en varios recintos para la Cultura y el Séptimo Arte. En 2009 fue recordada con una exposición de 55 imágenes titulada "Dolores del Río: la encantadora de cámaras", que se exhibió en el Museo Soumaya de la Ciudad de México. La muestra fue una selección de las dos mil 500 fotografías personales que la actriz guardaba y que después de su muerte fueron depositadas por su último esposo, Lewis Riley, en el Archivo Histórico del Centro de Estudios de Historia de México. En 2011 formó parte de una exposición visual que rindió tributo a Mario Moreno "Cantinflas", la cual se montó sobre Paseo de la Reforma y estuvo vigente hasta el 28 de agosto de ese año.

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