Pamela Lizet Hernández vive con sus padres y otros dos hermanos, de siete y un año, en la calle del municipio de Nezahualcóyotl, de la Ciudad de México. Hasta el año pasado, la familia habitaba un campamento improvisado, pero fue desalojada. Ahora la pequeña tiene que combinar sus estudios con la recolección y separación de basura, lo que no impide a Pamela tener un nivel académico de excelencia, dice el reportaje de CadenaTres. La niña ha mantenido un promedio de 10, menos en educación física, donde obtiene un 9. "A veces tengo 9.7 o 9.8, porque la maestra de educación física no me pone el 10, ya que no tengo los pantalones originales de la escuela. Yo le pediría que viera mi situación, así no me saco 9", dice Pamela y confiesa que sueña con ser azafata: "Cuando me enseñaron las capitales, hubo varios lugares a donde quise ir". Cada inicio de año, sus padres hacen muchos sacrificios para comprar la ropa y útiles escolares para sus hijos, pero no siempre pueden permitírselo, por lo que solicitaron una beca. "Nos dijeron que no, porque no tenemos una dirección fija", lamenta la madre de Pamela. Aun así, la niña piensa continuar estudiando, con el fin de conseguir una casa para su familia. "A mí no me gusta vivir aquí. No necesito una casa muy grande, solamente no quisiera seguir viviendo en la calle", dice la niña y pide a las autoridades mexicanas que le concedan una beca o un lugar digno donde vivir.
lunes, 3 de agosto de 2015
Una niña mexicana vive en la calle, recolecta basura y tiene un promedio de 10
RT Conozca la historia de Pamela, una niña de 11 años que tiene que vivir en las calles de la ciudad de México, recolectar basura y ayudar a su madre a cuidar a sus dos hermanos. A pesar de la difícil situación, la joven saca excelentes notas en la escuela y sueña con tener algún día una vivienda digna.
Pamela Lizet Hernández vive con sus padres y otros dos hermanos, de siete y un año, en la calle del municipio de Nezahualcóyotl, de la Ciudad de México. Hasta el año pasado, la familia habitaba un campamento improvisado, pero fue desalojada. Ahora la pequeña tiene que combinar sus estudios con la recolección y separación de basura, lo que no impide a Pamela tener un nivel académico de excelencia, dice el reportaje de CadenaTres. La niña ha mantenido un promedio de 10, menos en educación física, donde obtiene un 9. "A veces tengo 9.7 o 9.8, porque la maestra de educación física no me pone el 10, ya que no tengo los pantalones originales de la escuela. Yo le pediría que viera mi situación, así no me saco 9", dice Pamela y confiesa que sueña con ser azafata: "Cuando me enseñaron las capitales, hubo varios lugares a donde quise ir". Cada inicio de año, sus padres hacen muchos sacrificios para comprar la ropa y útiles escolares para sus hijos, pero no siempre pueden permitírselo, por lo que solicitaron una beca. "Nos dijeron que no, porque no tenemos una dirección fija", lamenta la madre de Pamela. Aun así, la niña piensa continuar estudiando, con el fin de conseguir una casa para su familia. "A mí no me gusta vivir aquí. No necesito una casa muy grande, solamente no quisiera seguir viviendo en la calle", dice la niña y pide a las autoridades mexicanas que le concedan una beca o un lugar digno donde vivir.
Pamela Lizet Hernández vive con sus padres y otros dos hermanos, de siete y un año, en la calle del municipio de Nezahualcóyotl, de la Ciudad de México. Hasta el año pasado, la familia habitaba un campamento improvisado, pero fue desalojada. Ahora la pequeña tiene que combinar sus estudios con la recolección y separación de basura, lo que no impide a Pamela tener un nivel académico de excelencia, dice el reportaje de CadenaTres. La niña ha mantenido un promedio de 10, menos en educación física, donde obtiene un 9. "A veces tengo 9.7 o 9.8, porque la maestra de educación física no me pone el 10, ya que no tengo los pantalones originales de la escuela. Yo le pediría que viera mi situación, así no me saco 9", dice Pamela y confiesa que sueña con ser azafata: "Cuando me enseñaron las capitales, hubo varios lugares a donde quise ir". Cada inicio de año, sus padres hacen muchos sacrificios para comprar la ropa y útiles escolares para sus hijos, pero no siempre pueden permitírselo, por lo que solicitaron una beca. "Nos dijeron que no, porque no tenemos una dirección fija", lamenta la madre de Pamela. Aun así, la niña piensa continuar estudiando, con el fin de conseguir una casa para su familia. "A mí no me gusta vivir aquí. No necesito una casa muy grande, solamente no quisiera seguir viviendo en la calle", dice la niña y pide a las autoridades mexicanas que le concedan una beca o un lugar digno donde vivir.
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