viernes, 16 de octubre de 2015

La homologación del salario mínimo, una ironía para la economía familiar

Por Arlen Jaime Merlos Hoy nos ubicamos en medio de una profunda crisis de confianza, esto a raíz de múltiples y variados incidentes que solo han provocado un profundo descontento social, principalmente causado por fenómenos ligados a la corrupción y a la impunidad, que sin duda, han dañado la credibilidad en las instituciones públicas. Hoy por hoy, la indignación ciudadana se encuentra más ligada al tema de la corrupción, la cuál se ha convertido en un lastre para el desarrollo económico de cualquier país. De acuerdo a la encuesta Latinobarómetro 2015 realizada en 18 países de América Latina y el Caribe, el impacto de la corrupción en la imagen del Poder Ejecutivo es aún más fuerte que el impacto de la economía. En el caso mexicano, el descontento en el país tiene orígenes variados como los problemas latentes de violencia, violación de derechos humanos, desempleo, la pobreza y desigualdad entre otros, sin embargo, los escándalos de corrupción son sucesos específicos que han generado la desmantelación absoluta de la confianza pública que hoy se vive, siendo uno de ellos la exhibición pública del conflicto de interés en la adquisición de la residencia presidencial, avivando así las olas de la indignación en la opinión pública. Tendíamos que entender el descontento mexicano derivado de los casos de corrupción necesariamente a la par de otro grave problema que es la impunidad, un ingrediente más que fomenta la irritación social. Un ejemplo claro que debería llevarnos a la reflexión es que entre el año 2000 y el 2013 fueron acusados en la prensa 41 gobernadores por corrupción, 16 fueron investigados y sólo 4 detenidos. En contraste, en los mismos años fueron acusados 9 gobernadores en Estados Unidos, los 9 fueron investigados y los 9 detenidos. Luego entonces, es importante señalar que los recursos destinados al combate a la corrupción de 2004 a la fecha, han aumentado 98%; sin embargo, México pasó del lugar 64 al 103 en el índice de transparencia internacional que mide a 177 países. Y es entonces que surge la necesidad de cuestionarnos ¿Qué está fallando entonces en el combate a la corrupción en México? y ¿Cuál es el ingrediente que falta? Recordemos que en días recientes, el Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), recomendó a México la necesidad de concretar una ola de reformas para el fortalecimiento del Estado de derecho, nombrando entre los temas fundamentales, el combate a la corrupción. Es por ello, que debemos entender que el tema del combate a la corrupción es necesario en la agenda del país. Sin duda, la sociedad se ha convertido en una sociedad más crítica a los problemas nacionales pero sobre todo más exigente.

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