miércoles, 7 de septiembre de 2016
Duterte quiere reconciliación con Obama, después de ofenderlo
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte espera que se pueda llevar a cabo una reunión informal con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, luego del atercado que provocó una crisis diplomática entre ambos presidentes.
Duterte arremetió el lunes pasado contra Obama por criticar su polémica guerra contra la droga iniciada el pasado julio y que ha causado más de 2 mil 500 muertos, mil 507 de ellos en ejecuciones extrajudiciales.
El polémico presidente, apodado "el castigador" o "Harry el Sucio" por sus severidad contra el crimen y las drogas, llegó a proferir "hijo de puta, te maldeciré en el foro", en una comparecencia en Manila, antes de volar hacia la cumbre en Laos.
Por su parte, el equipo de comunicación de la Presidencia filipina sugirió que el insulto "hijo de puta" iba dirigido a un periodista y no al presidente estadunidense.
El exabrupto provocó que el presidente de Estados Unidos, que calificó de "extravagante" a su homólogo filipino, cancelara una reunión prevista ayer en Vientián.
Tras cancelarse el encuentro oficial previsto en Vientián, Ernesto Abella, portavoz del presidente filipino, expresó que el Gobierno de Filipinas espera que se produzca una reunión entre los dos presidentes, "No hay ninguna crisis con Estados Unidos, hasta donde podemos ver" y aseguró que en su momento debido se celebrará la reunión entre los dos presidentes, que disienten sobre las ejecuciones extrajudiciales de narcotraficantes en Filipinas.
Duterte dijo que lamentaba que sus insultos se hayan "entendido como un ataque personal hacia el presidente de Estados Unidos" y expresó su "profundo aprecio y afinidad" por Obama.
Según las autoridades filipinas está previsto que Obama se siente esta noche en la cena de gala en Vientián casualmente junto a Duterte, que ha pedido disculpas por lo que considera una malinterpretación de sus palabras.
"Nuestra intención principal es trazar una política exterior independiente a la vez que promocionamos lazos más estrechos con todas las naciones, especialmente Estados Unidos, con quien hemos tenido una relación duradera", aseveró Duterte.
Pese a ser históricamente dos países aliados, su relación ha sufrido un notable deterioro desde las elecciones del pasado mayo en las que fue elegido el nuevo mandatario filipino.
No es la primera vez que la locuacidad traiciona a Duterte, que el pasado agosto llamó "gay" e "hijo de puta" al embajador estadunidense en Manila, Philip Goldberg, tras lo que Estados Unidos convocó al jefe de la misión diplomática filipina en Washington, Patrick Chuasoto, para pedir explicaciones por esos comentarios "inapropiados".
El mandatario filipino también llamó "estúpida" a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y afirmó que no tiene tiempo de reunirse en Vientián con el secretario general del organismo, Ban Ki Moon, que esta noche estará sentado también al lado de Duterte en la cena de gala.
(Con información de Excélsior)
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