jueves, 1 de junio de 2017
En EE. UU. mexicanos realizan el trabajo sucio que no quieren los estadunidenses
Uno de los lugares donde mejor se refleja el trabajo de lo mejor que México exporta a los Estados Unidos es en las caballerizas más exclusivas de este lado de la frontera.
El trabajo que hacen los mexicanos en caballerizas a lo ancho y largo de la unión americana, no solo es un trabajo bastante específico, sino de calidad. Es un trabajo, donde la inversión de miles de dólares que representa cada caballo, se la confían a la mano de obra mexicana; y a nadie más.
Son los paisanos los que literalmente trabajan para los caballos que compiten en el rodeo más grande del mundo.
“Yo creo que al mexicano nos gusta trabajar más y estamos impuestos al trabajo duro, al del campo, de todo y le damos aquí, desde las seis de la mañana, y nos vamos a las seis de la tarde, a veces hasta las siete de la tarde”, comentó el inmigrante mexicano Alfredo Gutiérrez.
Largas jornadas limpiando la caballeriza; barriéndola, escombrando kilos de excremento, galones de orina cuyo olor penetra hasta los huesos.
Alimentando y también acariciando a casi el medio centenar de pura sangre; cuyo valor oscila entre los 10 mil y los 800 mil dólares.
Y con la única certeza de que, al amanecer, se repetirá la misma rutina de 14 horas de trabajo duro, cobrando entre 10 y 15 dólares por hora.
“Tienen la disponibilidad para trabajar. Y eso es lo más importante aquí. Ellos vienen buscando trabajo, con la disponibilidad de hacerlo; te garantizo que en cada caballeriza hay un trabajador de habla hispana. Ya sea un manejador, o asistente. Alguien que camine al caballo, este es un esfuerzo de equipo y todos estamos involucrados”, afirmó David Haas, dueño de caballeriza.
Según los dueños de estos ejemplares, los pocos norteamericanos que han aceptado este trabajo no aguantan el ritmo que la profesión demanda.
Estos norteamericanos, cuya inversión multibillonaria radica en el trato y administración de sus caballos de carrera y competición, hoy se encuentran en un verdadero limbo con las acciones antiinmigratorias de la presente administración; que pone la mejor mano de obra en el país, en riesgo y carencia casi total.
Según el Centro Hispano Pew, la población total de indocumentados que vive en los Estados Unidos oscila entre el 3.8% de la población de ese país. Unos 15 millones de hombres y mujeres que con los frutos de su trabajo, generalmente muy mal pagado, aun logran aportar más 555 mil millones de dólares en el Producto Interno Bruto de los Estados Unidos.
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