Indicó que se ha “satanizado” al sector, que cuenta con 300 mil pescadores y a su vez genera un millón 200 mil empleos directos e indirectos.
Rechazó los señalamientos de organizaciones no gubernamentales, según los cuales, dijo, “estamos presionando mucho los recursos pesqueros, que nos los estamos acabando. Dicen que utilizamos artes de pesca depredadoras”.
Hasta ahora, especificó que algunas organizaciones ya lograron que en los últimos tres años sean cerrados cerca de 700 mil kilómetros cuadrados, de los tres millones de kilómetros cuadrados de la zona económica exclusiva para pescar en aguas nacionales, lo que impactó en la economía de 200 mil pescadores en zonas del Pacífico mexicano.
Precisó que una de las zonas cerradas, bajo el falso argumento de que hay pesca ilegal de vaquita marina, está en el Alto Golfo de California; asimismo, en Islas Revillagigedo y en el Golfo de Ulloa, en el Pacífico, las cuales son de las áreas más productivas para la pesca en la nación.
Humberto Becerra, subrayó que suspender la actividad en el Golfo de California acabaría con la pesca en el país, pues allí está el 60% de los recursos pesqueros del país, dijo que hay intereses muy fuertes en esa parte, aunque aclaró que no todas son radicales, pues existen muchas ONG “buenas” que incluso ofrecen apoyo para tener una pesca más sustentable.
Becerra Batista, indicó que México produce anualmente un millón 700 mil toneladas de pescados y mariscos.
Señaló que la derrama económica que genera la pesca llega a 262 municipios de 17 estados costeros, con una población de 23 millones de personas.
Frente a este contexto, consideró que hacen falta políticas públicas que fortalezcan al sector y aseguró que otro problema que enfrenta la industria, además del cierre de áreas de pesca, es la falta de competitividad a nivel internacional, debido a el precio del diésel marino, que es de 18.50 pesos el litro en México, mientras en Estados Unidos es de 10 pesos y en Ecuador, de cinco pesos.
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