• Habitantes de la región del Valle de México, conmemoraron el 208 Aniversario del inicio de La Independencia de México.
Por Mario Ruiz Hernández
VALLE DE MÉXICO a 16 de septiembre del 2018.- Municipios de esta región del estado de México, vivieron con intensidad, La Conmemoración del 208 Aniversario de la Independencia.
Fueron sorprendentes las diversas ceremonias del Tradicional Grito de Dolores, la noche de ayer 15 de Septiembre, en donde el cielo completamente se pintó de los colores patrios.
Durante horas, previas al acto principal que congregó en cada una de las plazas centrales de los distintos palacios de gobierno, el ambiente era de fiesta, en el que por instantes, al parecer todo quedaría al olvido.
Una hora quizá dos y hasta tres, la memoria colectiva mira otro momento, esa escena, ese aquí y ahora, en el que nada pasa y aún ante el claro acumulado de problemas sociales.
Es fugaz el grito al unísono de los “Héroes que nos dieron Patria y Libertad”; es efímero el minuto que precisamente pasa, y en menos de 48 horas, y hasta en menos, el despertar manifiesta lo trágico.
Es decir volver a la realidad, a “la borrachera seca”, que mueve instintos y pasiones, y que a miles de personas les complica la existencia, amén de la sobriedad pública.
En las masas o multitudes, en la socialización de entes individuales, transitar a lo colectivo con todo y sus tradiciones o el motivo que los acompaña, de “Hidalgos a Morelos, y la Corregidora”.
Las plazas públicas, son el evidente espacio de la convivencia familiar, los hermosos atuendos de aquella época, el colorido, las luces, la romería y el algo más, que nos identifica.
Sois Mexicano y de esta noble tierra, de esa parte de la historia real y de la que nos cuentan, de los millones de cumple años y de entre ellos de “Don Porfirio Díaz”.
Del emblemático estandarte y a la voz recia de “mueran las Gachupines, muera el mal Gobierno, “Viva La virgen de Guadalupe”, os exclamo el Cura Hidalgo desde Guanajuato.
A partir de ahí, el inicio de “Nuestra Santa Independencia”, y al correlacionar uno y numerosos símbolos religiosos en las distintas batallas.
En ese orden u en ese sentido, poco se pierde con éstos y mucho se gana con ésos, y esto anótase por el caso de Agustín de Iturbide, el consumador de la Independencia, en 1821, gracias, sin duda, al simbólico abrazo de Acatempan.
Y es claramente, que en las culturas indias y españolas forjóse el mexicano de hoy que decidió el fin de la Colonia y el Principio del México Independiente.
VALLE DE MÉXICO a 16 de septiembre del 2018.- Municipios de esta región del estado de México, vivieron con intensidad, La Conmemoración del 208 Aniversario de la Independencia.
Fueron sorprendentes las diversas ceremonias del Tradicional Grito de Dolores, la noche de ayer 15 de Septiembre, en donde el cielo completamente se pintó de los colores patrios.
Durante horas, previas al acto principal que congregó en cada una de las plazas centrales de los distintos palacios de gobierno, el ambiente era de fiesta, en el que por instantes, al parecer todo quedaría al olvido.
Una hora quizá dos y hasta tres, la memoria colectiva mira otro momento, esa escena, ese aquí y ahora, en el que nada pasa y aún ante el claro acumulado de problemas sociales.
Es fugaz el grito al unísono de los “Héroes que nos dieron Patria y Libertad”; es efímero el minuto que precisamente pasa, y en menos de 48 horas, y hasta en menos, el despertar manifiesta lo trágico.
Es decir volver a la realidad, a “la borrachera seca”, que mueve instintos y pasiones, y que a miles de personas les complica la existencia, amén de la sobriedad pública.
En las masas o multitudes, en la socialización de entes individuales, transitar a lo colectivo con todo y sus tradiciones o el motivo que los acompaña, de “Hidalgos a Morelos, y la Corregidora”.
Las plazas públicas, son el evidente espacio de la convivencia familiar, los hermosos atuendos de aquella época, el colorido, las luces, la romería y el algo más, que nos identifica.
Sois Mexicano y de esta noble tierra, de esa parte de la historia real y de la que nos cuentan, de los millones de cumple años y de entre ellos de “Don Porfirio Díaz”.
Del emblemático estandarte y a la voz recia de “mueran las Gachupines, muera el mal Gobierno, “Viva La virgen de Guadalupe”, os exclamo el Cura Hidalgo desde Guanajuato.
A partir de ahí, el inicio de “Nuestra Santa Independencia”, y al correlacionar uno y numerosos símbolos religiosos en las distintas batallas.
En ese orden u en ese sentido, poco se pierde con éstos y mucho se gana con ésos, y esto anótase por el caso de Agustín de Iturbide, el consumador de la Independencia, en 1821, gracias, sin duda, al simbólico abrazo de Acatempan.
Y es claramente, que en las culturas indias y españolas forjóse el mexicano de hoy que decidió el fin de la Colonia y el Principio del México Independiente.
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