• Más de 35 mil personas acudieron al camposanto en dos días, para arreglar las tumbas de familiares y amigos, y convivir con música de trío, comida o simplemente estar presente con ellos.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 3 de noviembre del 2018.- El panteón municipal de San Andrés Atoto, se llenó de colorido, música y gente, en “El Día de Muertos o El de los Difuntos Grandes”.
Un cementerio histórico, enclavado en la colonia “El Conde”, que alcanzó una trascendente visita de entre 35 mil y 40 mil personas, que en dos días, irónicamente dieron vida al camposanto.
No obstante y antes, el último fin de semana, el cementerio también registró una importante afluencia, que iluminó con una diversidad de flores colocadas en las multitudinarias tumbas, el remoto lugar.
“El panteón es de los más antiguos del municipio de Naucalpan, data del año 1813, y actualmente existen 10 mil fosas”, informó a “Vallemex Noticias”, el encargado del sitio, José Luis Trujillo.
Destacó que aquí se tienen tumbas muy antiguas y una de ellas la más vieja del camposanto, que data del año 1850 que corresponde a la señora, Loreto Guzmán Díaz.
Asimismo, otra cuyo registro es del año de 1861, donde descansan los restos de Agustín Díaz de Peña, y una más, de 1873, de Francisca Díaz, todas ellas, familiares de Porfirio Díaz, Presidente de México.
Trujillo, señaló que el Panteón de San Andrés Atoto, fue de los más importantes en el municipio, en el cual numerosas difuntos aquí se encuentran de las familias tradicionales.
De entre ellas dijo, Jacob, Becerril, Navarro, Déciga y Rodríguez, entre otras que llegaron “Al lugar de las Cuatro Casas” a radicar y a avecindarse.
A sus 205 Años de existencia, aún y todavía se tienen de esas estructuras de manufactura indígena; su templo de descanso igual de los más antiguos de la zona, testigo indescriptible en el tiempo.
Un centro religioso ya acabado, con numerosas fracturas y hundimientos; al interior del mismo, imágenes de aquellas épocas y de alto valor sacro sumamente descuidadas y olvidadas.
Es un panteón municipal que, del mismo modo que el de Río Hondo, se pierden en la vorágine de la modernización; de cementerios de vanguardia, de esos de la zona de los Cipreses y Los Remedios.
Sin embargo, y pese a la evolución de la propia sociedad y de esta industria de camposantos, en San Andrés Atoto, permea la identidad, la pertenencia y el arraigo de miles de Naucalpenses, en este lugar año con año de encuentro.
NAUCALPAN Méx., a 3 de noviembre del 2018.- El panteón municipal de San Andrés Atoto, se llenó de colorido, música y gente, en “El Día de Muertos o El de los Difuntos Grandes”.
Un cementerio histórico, enclavado en la colonia “El Conde”, que alcanzó una trascendente visita de entre 35 mil y 40 mil personas, que en dos días, irónicamente dieron vida al camposanto.
No obstante y antes, el último fin de semana, el cementerio también registró una importante afluencia, que iluminó con una diversidad de flores colocadas en las multitudinarias tumbas, el remoto lugar.
“El panteón es de los más antiguos del municipio de Naucalpan, data del año 1813, y actualmente existen 10 mil fosas”, informó a “Vallemex Noticias”, el encargado del sitio, José Luis Trujillo.
Destacó que aquí se tienen tumbas muy antiguas y una de ellas la más vieja del camposanto, que data del año 1850 que corresponde a la señora, Loreto Guzmán Díaz.
Asimismo, otra cuyo registro es del año de 1861, donde descansan los restos de Agustín Díaz de Peña, y una más, de 1873, de Francisca Díaz, todas ellas, familiares de Porfirio Díaz, Presidente de México.
Trujillo, señaló que el Panteón de San Andrés Atoto, fue de los más importantes en el municipio, en el cual numerosas difuntos aquí se encuentran de las familias tradicionales.
De entre ellas dijo, Jacob, Becerril, Navarro, Déciga y Rodríguez, entre otras que llegaron “Al lugar de las Cuatro Casas” a radicar y a avecindarse.
A sus 205 Años de existencia, aún y todavía se tienen de esas estructuras de manufactura indígena; su templo de descanso igual de los más antiguos de la zona, testigo indescriptible en el tiempo.
Un centro religioso ya acabado, con numerosas fracturas y hundimientos; al interior del mismo, imágenes de aquellas épocas y de alto valor sacro sumamente descuidadas y olvidadas.
Es un panteón municipal que, del mismo modo que el de Río Hondo, se pierden en la vorágine de la modernización; de cementerios de vanguardia, de esos de la zona de los Cipreses y Los Remedios.
Sin embargo, y pese a la evolución de la propia sociedad y de esta industria de camposantos, en San Andrés Atoto, permea la identidad, la pertenencia y el arraigo de miles de Naucalpenses, en este lugar año con año de encuentro.
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