• Al parecer, concluyó la confianza del sector productivo entre otras causas, por el alto nivel de inseguridad, y seguimos pensando “en chiquito, en el changarrismo”.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 15 de febrero del 2019.- Es totalmente cierto, que si no hay seguridad, no hay desarrollo económico en ningún escenario posible.
De hecho y verlo así, urge un replanteamiento de la estrategia en la materia, para volver a la confianza en las inversiones y no las ahuyente como ha sido en la otrora “Joya de la Corona”.
El éxodo al menos en el sector productivo, es clara muestra de que viene sucediendo en Naucalpan y peor, en la última década, en donde los niveles de inseguridad, valga la equivalencia han sido criminales.
Los parques industriales en el total abandono, destruidos en su carpeta asfáltica y en ciertos sitios ya descubiertos, funcionaron en algún tiempo, como laboratorios de estupefacientes.
Sin embargo, y lo hemos venido comunicando que el municipio en más de dos décadas experimentó un proceso de desindustrialización que dejó recurrentes déficit, sobre todo en empleo.
La baja de competitividad del tejido industrial o lo poco que tenemos de precisamente industria, no ha logrado cubrir la demanda laboral.
Es cierto que, Naucalpan cambió de vocación más apegada al comercio, los servicios, además de contar con ciertos nichos de oportunidad, traducidos en espacios corporativos y centros financieros.
Por otra parte, en los últimos años no hemos percibido las multimillonarias inversiones del sector productivo, desafortunadamente a falta de visión empresarial, “Naucalpan se changarrizó”.
Referir que, las personas que trabajaban en la industria, ahora buscan puestos laborales de baja cualificación en el sector servicios, y esto es algo inevitable que ocurra por la falta de industria.
El modelo de ciudad de servicios patrocinado por la política de centros comerciales, es algo irremediable para estos tiempos en “El Lugar de las Cuatro Casas”, a la vez por su ubicación estratégica y entre todo, vale la aproximación del Consejo Consultivo Económico de Naucalpan.
En su primer encuentro de este organismo realizado en el patio central de palacio de gobierno, evidentemente que hay el interés colectivo, creo a causa de la desindustrialización que padecemos.
No obstante, seguimos sin poder adaptarnos a ese nuevo contexto, y en realidad hay poca certidumbre de reactivar la justamente industria.
Continuamos pensando “en chiquito; en los changarros”, en la economía subterránea, la industria nocturna, los antros y cientos de lugares del vicio, los negocios en cocheras y chelerías en tianguis.
Hacen falta políticas públicas en materia económica de gran calado, visión de futuro, proyectos de recuperación del territorio y revitalizar “los cementerios industriales”, como centros agropecuarios o huertos de agricultura ecológica, entre muchas otras cosas y/o innovaciones.
NAUCALPAN Méx., a 15 de febrero del 2019.- Es totalmente cierto, que si no hay seguridad, no hay desarrollo económico en ningún escenario posible.
De hecho y verlo así, urge un replanteamiento de la estrategia en la materia, para volver a la confianza en las inversiones y no las ahuyente como ha sido en la otrora “Joya de la Corona”.
El éxodo al menos en el sector productivo, es clara muestra de que viene sucediendo en Naucalpan y peor, en la última década, en donde los niveles de inseguridad, valga la equivalencia han sido criminales.
Los parques industriales en el total abandono, destruidos en su carpeta asfáltica y en ciertos sitios ya descubiertos, funcionaron en algún tiempo, como laboratorios de estupefacientes.
Sin embargo, y lo hemos venido comunicando que el municipio en más de dos décadas experimentó un proceso de desindustrialización que dejó recurrentes déficit, sobre todo en empleo.
La baja de competitividad del tejido industrial o lo poco que tenemos de precisamente industria, no ha logrado cubrir la demanda laboral.
Es cierto que, Naucalpan cambió de vocación más apegada al comercio, los servicios, además de contar con ciertos nichos de oportunidad, traducidos en espacios corporativos y centros financieros.
Por otra parte, en los últimos años no hemos percibido las multimillonarias inversiones del sector productivo, desafortunadamente a falta de visión empresarial, “Naucalpan se changarrizó”.
Referir que, las personas que trabajaban en la industria, ahora buscan puestos laborales de baja cualificación en el sector servicios, y esto es algo inevitable que ocurra por la falta de industria.
El modelo de ciudad de servicios patrocinado por la política de centros comerciales, es algo irremediable para estos tiempos en “El Lugar de las Cuatro Casas”, a la vez por su ubicación estratégica y entre todo, vale la aproximación del Consejo Consultivo Económico de Naucalpan.
En su primer encuentro de este organismo realizado en el patio central de palacio de gobierno, evidentemente que hay el interés colectivo, creo a causa de la desindustrialización que padecemos.
No obstante, seguimos sin poder adaptarnos a ese nuevo contexto, y en realidad hay poca certidumbre de reactivar la justamente industria.
Continuamos pensando “en chiquito; en los changarros”, en la economía subterránea, la industria nocturna, los antros y cientos de lugares del vicio, los negocios en cocheras y chelerías en tianguis.
Hacen falta políticas públicas en materia económica de gran calado, visión de futuro, proyectos de recuperación del territorio y revitalizar “los cementerios industriales”, como centros agropecuarios o huertos de agricultura ecológica, entre muchas otras cosas y/o innovaciones.
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