sábado, 3 de mayo de 2014

Policía disuelve una protesta de los itinerantes en Suiza

Pressenza /
Con esta protesta en un pequeño terreno comunal al este de Berna, la capital suiza, los yeniches reivindicaban tener más lugares y espacios para vivir. Las negociaciones entre las autoridades y los representantes de los yeniches no dieron resultados. El terreno fue desalojado porque en él tiene lugar un evento conocido como ”Frühjahrsausstellung BEA”. Los itinerantes opusieron resistencia pasiva y fueron registrados por la policía. Asimismo, los vehículos y las caravanas fueron remolcados. Gerard Mülhauser, perteneciente al movimiento Schweizer Reisende (Viajeros Suizos) ha comentado el asunto de la siguiente manera en una charla con la radiotelevisión suiza: ”Durante el desalojo se mostró que se selecciona a los niños cuando hombres y mujeres son conducidos a un pabellón, tal y como se trataba a los yeniches hace 100 años” . Ante la acusación de haber ocupado un terreno alquilado, replicó que la policía había parado en la autopista y se había dirigido a ellos sin ofrecer ninguna otra alternativa. ¿Quiénes son los yeniches? Entre los itinerantes, se puede distinguir a diferentes grupos de población en todo el mundo. De todos ellos, los romaní y sinti son los más conocidos. Los yeniches también pertenecen a estos grupos y forman el mayor grupo de población itinerante de Suiza con cerca de 35 000 miembros. A diferencia de los romaní y sinti, que provienen del nordeste de India y Persia, los yeniches son de raíces europeas y tienen su origen en los refugiados religiosos, mercaderes ambulantes y feriantes de la Edad Media. Viven principalmente en Suiza, Alemania, Austria y Francia. En Suiza son una minoría cultural reconocida. Los ”Verdingkinder” o niños esclavos Entre 1926 y 1973 varios centenares de niños fueron arrebatados de sus padres por la ”Hilfswerk für die Kinder der Landstrasse“ y entregados a otras personas para que fueran reeducados y se convirtieran en personas de provecho. Muchos de ellos fueron obligados a trabajar como ”Verdingkinder” o encerrados sin mandato judicial. Se produjeron esterilizaciones forzadas, arbitrariedades burocráticas, maltratos y una estigmatización de por vida.

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