domingo, 20 de julio de 2014
Demolición en Coahuila de más de 50 casas que atestiguaron crímenes de Los Zetas
Más de 50 lujosas residencias del poblado de Allende, en el estado de Coahuila, serán demolidas después de que fueran parcialmente destruidas por Los Zetas.
La destrucción de las casas fue ordenada por Protección Civil del estado, debido que representan un peligro”, comentó Luis Reynaldo Garza, alcalde de esa localidad de unos 22 mil habitantes ubicada 57 kilómetros al sur de la frontera con Estados Unidos.
El edil mencionó que en total son 50 casas en la zona urbana y cuatro más ubicadas en ranchos que serán destruidas, porque ante su abandono eran “utilizadas como hoteles por parejitas”.
Luis Reynaldo recordó que a principios de 2011, unas 40 camionetas con sicarios del cártel de Los Zetas llegaron al poblado para llevarse a diversas personas.
Durante la última semana de enero pasado, más de 250 militares, policías federales y agentes estatales, junto con peritos forenses, recorrieron Allende y seis municipios aledaños para buscar los cuerpos.
El trasiego generaba una ganancia promedio de cinco millones de dólares mensuales, que eran enviados a la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, al líder zeta Miguel Ángel Treviño Morales, alias el Z40.
Los Zetas con maquinaria pesada tiraron paredes y derribaron puertas de 50 casas para buscar el dinero robado y el libro de contabilidad.
Tras quemar parcialmente las viviendas, dejaron que las saquearan los pobladores, que se llevaron todo lo que pudieron: muebles, puertas, ventanas e incluso las tuberías de los baños.
Sobre los resultados del operativo realizado en enero pasado, Juan José Yáñez Arreola, subprocurador de Investigación y Búsqueda de Personas No Localizadas, dijo que fueron halladas algunas “narcofosas” y barriles con restos de combustible donde fueron incinerados los cuerpos.
Las evidencias están siendo analizadas por peritos forenses de la Procuraduría General de la República y los resultados se darán a conocer en agosto, apuntó.
Asimismo, Alejandro Osorno, presidente municipal de Piedras Negras, señaló que de un padrón de 26 casas y departamentos de esta ciudad “vandalizados” por Los Zetas, cinco ya fueron demolidas en su totalidad.
El Gobierno de Coahuila y las autoridades municipales acordaron tirar las viviendas por el peligro que representan, sin embargo, antes de hacerlo buscaron a los dueños para acordar su demolición, de los cuales varios no reconocieron su propiedad y otros aseguraron que las vendieron pero que nunca registraron la transacción, relató Osorno.
Desde la segunda quincena de junio pasado, en Piedras Negras comenzaron los trabajos para sellar y derrumbar 26 residencias, casas y departamentos. Las primeras residencias demolidas se ubican en las exclusivas colonias Las Fuentes y Roma, una de las cuales contaba con un área superior a 4 mil metros cuadrados.
Recordó que todo comenzó el 18 de marzo de 2011. En la tarde arribaron al poblado unas 40 camionetas con sicarios. Un grupo cerró los accesos por carretera y otro se dirigió a 10 residencias de las familias Moreno Villanueva y Garza Gaytán. Ese día se llevaron a 80 personas, entre mujeres, ancianos y niños.
Héctor Moreno Villanueva y José Luis Garza Gaytán, integrantes de Los Zetas, traicionaron al grupo delincuencial y se quedaron con cinco millones de dólares provenientes del tráfico de drogas que realizaban por la frontera de Piedras Negras.
De familias adineradas, ambos salieron de Allende para estudiar en escuelas privadas de Monterrey, pero a su regreso ingresaron a las filas del narcotráfico. Operaron con Los Zetas desde 2007, pasando 800 kilos de cocaína por mes a Estados Unidos, a través de una de las empresas de trasporte de carga propiedad de la familia Moreno Villanueva.
El líder de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño, les advirtió que si no regresaban el dinero y el libro de contabilidad matarían a todos sus familiares y amigos. Los capos desoyeron las amenazas y se entregaron a las autoridades de Estados Unidos, donde residen bajo la categoría de testigos protegidos.
Miguel Ángel Treviño, El Z40, cumplió sus amenazas y durante más de un mes envió a Allende a decenas de sicarios para secuestrar a todos los habitantes que tuvieran los apellidos Garza Gaytán y Moreno Villanueva, pero también se llevaron a empleados domésticos e incluso en una ocasión convocaron a todos los albañiles que construyeron las lujosas viviendas de esas familias y también los desaparecieron.
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