miércoles, 16 de julio de 2014
En la frontera sur habrá control, no muro: Marina
Guillermo Ortega Ruiz | LA CRÓNICA.
El Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina, dijo a Crónica que después de la llegada de la Armada de México Sener a la Administración Portuaria Integral (API) del puerto de Lázaro Cárdenas, éste continúa generando crecimiento en el flujo de mercancías en un ambiente de seguridad, lo cual representa un indicador positivo para el país. Señaló que la Armada de México apoya al Gobierno de la República en tareas de seguridad, pero que es necesario un marco legal adecuado.
En entrevista con el Comité Editorial de Crónica, el Almirante Soberón, quien estuvo acompañado de altos funcionarios de la Semar, subrayó, entre otros temas, que hay fusión de información con el Ejército, que existe una mejor comunicación entre ambas dependencias y que, en materia de seguridad, también existe una mejor coordinación, por lo que fue necesario realizar una división de funciones, en la que a las Fuerzas Armadas y a la Policía Federal les ha correspondido operar para asegurar blancos de alto nivel.
Fue una conversación amena y profunda, en la que se abordaron muchos asuntos. Aquí resumimos lo principal.
El primer asunto que abordamos tiene que ver con la recuperación de parte del Estado mexicano, a través de la Secretaría de Marina, del control de importantes puertos en el Pacífico. Pedimos al Almirante Soberón su opinión sobre ello. Empieza con un diagnóstico.
“Debido a algunos cambios que se realizaron a la ley en la materia, en administraciones pasadas, a través de los cuales se le retiraron algunas funciones que realizaba la Semar, consideramos que era necesario implementar un mayor control en algunos puertos mexicanos”.
Comenta que en razón de lo anterior se logró reformar la ley. A partir del 21 de abril de este año hay un nuevo marco legal al respecto. “La creación de los Centros Unificados de Control Marítimo y Portuario ha permitido que se trabaje con mucha mayor certidumbre”, nos dice. “Estos centros implican que todas las autoridades del puerto (SAT, aduanas, Semar, Sagarpa, y otras) trabajemos coordinados”.
El Almirante Soberón agrega que se decidió que las Administraciones Portuarias Integrales (API) y las capitanías de puerto estén sólo de manera transitoria a cargo de personal de Marina. Lo anterior con el objetivo de optimizar los recursos con los que cuentan dichas administraciones.
En el caso de Lázaro Cárdenas, el Almirante indica que se detectaron algunas fallas en el control de entrada y salida de mercancías, como fue el caso conocido de material proveniente de minas sin registro; asimismo, la Armada de México realizó el aseguramiento de una cantidad importante de precursores químicos. Añade que derivado de este tipo de situaciones se están desarrollando células de inteligencia específica para trabajar en la parte portuaria, y se evalúan las condiciones para que otros puertos en el futuro próximo, si la condición así lo demanda, queden bajo la misma situación.
A continuación, el Almirante Soberón reflexiona y dice que existen varios problemas centrales en México, entre los cuales destaca principalmente la corrupción y la impunidad. “Los demás problemas palidecen ante esos dos”.
Visto el enorme tamaño del problema de Lázaro Cárdenas, preguntamos al Secretario de Marina su opinión sobre Michoacán y las autodefensas.
Dijo que entiende que si en algún lugar las autoridades encargadas de brindar la seguridad realizan actos delincuenciales, cualquier organización que llegue y ponga orden puede parecer buena opción para la población, aunque en realidad pueda conllevar nuevos problemas e incluso repetir la historia. Para evitar esto último, se busca encuadrar institucionalmente a estos grupos. Pero lo fundamental —recalca, recordando los grandes problemas nacionales— es evitar que los grupos delincuenciales penetren la clase política.
Afirma que el comisionado Alfredo Castillo ha cumplido la función que se le encargó. En coincidencia con el General Salvador Cienfuegos, considera que el asunto michoacano no se normalizará de la noche a la mañana. “El Gobierno de la República y el comisionado Castillo están haciendo las cosas bien dando lo máximo que pueden”, dice.
El caso de Tamaulipas, comenta el Almirante Soberón, es como el de Michoacán, por la penetración de los grupos delincuenciales en el tejido social. También allí tomará tiempo arreglar de fondo el problema.
Tema obligado es la relación entre el Ejército y la Armada de México. El Almirante Soberón da una explicación amplia, que lleva al optimismo.
Lo primero que señala es que, a partir de este gobierno, hay una “fusión informativa con el Ejército”. Añade que el General Cienfuegos, titular de la Defensa Nacional, es respetuoso de la forma de operar de la Armada de México.
A continuación, el Almirante resalta la importancia de la acción de inteligencia con el ejemplo de una piñata: “Puedes tener un palo gigante, un gran garrote con púas, pero si tienes los ojos vendados le pegas a todo menos a la piñata. Hay que ver para dar golpes certeros: de eso se trata la inteligencia”. De ahí la importancia de trabajar con el máximo de información fidedigna posible.
“Compartimos la información sin pensar quién se lleva la gloria”, dice, y da el ejemplo de la captura de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, que se dio a partir de que se supo que había dejado la sierra: “¿Y quién corrió de la sierra a Guzmán Loera?: la Sedena”.
Aunque hay cada vez más trabajo de inteligencia (a veces desde una tienda de campaña), nos comenta, se espera que haya centros amplios con recursos y equipamiento a partir de 2015.
Ligado al asunto de la relación con el Ejército, está la que ha sostenido la Armada con sus homólogos de Estados Unidos y con las agencias de ese país.
El titular de Marina responde que siempre ha habido buena relación con autoridades estadunidenses, y se ha generado una mayor confianza entre homólogos. Es una relación añeja, tanto con la Armada como con el Servicio de Guardacostas de EU. Hay información que se comparte a nivel de gobiernos, y que ahora se hace a través de la Secretaría de Gobernación.
Otra pregunta fue sobre la participación de la Marina en tareas que tradicionalmente son consideradas como policiacas.
En este sentido, señaló que la Armada de México apoya al Gobierno de la República en tareas de seguridad, pero que es necesario un marco legal adecuado.
En las actuales circunstancias no se puede investigar ni detener a sospechosos a menos que sea en flagrancia. Sugiere que podría haber unidades especiales del Ejército y de la Marina que pudieran llevar a cabo esas tareas, pero entiende que para eso es necesario legislar en la materia.
El Secretario de Marina aprovecha la oportunidad para decir que el propósito, a final de cuentas, debe ser en la medida de lo posible “acotar y rebajar a las organizaciones delincuenciales”. Pero para eso, dice, “las autoridades tienen que estar al nivel del problema”, a la altura.
“Con base en estudios de opinión, considero que no es el caso de la Marina”, nos dice. Utiliza, al respecto, una parábola. Toda alberca requiere de un buen sistema de filtrado y que alguien, todas las tardes, pase una red para recoger pedazos de plantas e insectos. “Si no se usa el sistema de filtrado y nadie limpia cotidianamente, el agua se pone verde a los cinco días”. Hay un trabajo cotidiano de disciplina, de transmisión de valores, de limpieza de malos elementos. “Es uno de los pilares fundamentales de las Fuerzas Armadas”, dice con orgullo. También habló de cambios: como el hecho que las mujeres ya estén integradas a los cuerpos de guerra, dentro de la Marina Armada de México.
Se le pidió al Almirante Soberón su opinión sobre la Gendarmería Nacional.
“Estará integrada por personal de la Policía Federal”, responde. “Cuando se propuso se tenía la intención de que tuviera origen militar, pero se decidió finalmente hacerlo con personal civil adscrito a la Policía Federal; yo espero que dé buenos resultados”.
El último tema que se tocó en la reunión de trabajo fue el de la estrategia de la frontera sur, sobre la cual el Almirante Soberón dio interesantes ángulos.
El Almirante explica que se trata, en principio, de un control de tráfico migratorio, dirigido a combatir la trata de personas de parte de las organizaciones criminales. “No es sellar la frontera ni mucho menos: eso es imposible con tantas raíces compartidas”. Al contrario, facilitará la entrada legal, por razones de visita y de trabajo, de muchos centroamericanos. Los protegerá, pero para hacerlo “habrá que tocar la puerta antes de entrar”: México les abre y los apoya, y de paso evita que sean objetivo de los grupos criminales.
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