martes, 22 de julio de 2014
Inmigrantes en EE.UU. luchan por su derecho a respirar aire puro
En EE.UU. miles de personas viven cerca de industrias tóxicas que ponen en riesgo su salud y su calidad de vida. La mayoría de ellos son miembros de comunidades pobres de origen latino o son afroamericanos.
Desde la década de 1970 miles de hispanos han llegado desde sus países de origen al barrio Little Village -conocido también como 'La Villita'- de la ciudad de Chicago en búsqueda del 'sueño americano', pero la ilusión no tardó en desvanecerse.
"Mi mamá notó que su salud cambió cuando ella emigró a los EE.UU. Ella no tenía problemas de respiración, creció en Aguas Calientes, México. Y cuando llegó aquí a Chicago empezó a notar que su respiración cambió. Batallaba para respirar, y a veces dormía y se despertaba sin aire. Cuando nació mi hermana Brenda, también notamos que desde su infancia ella tenía problemas de respiración", relata la ambientalista Marisol Becerra, residente de La Villita.
Se aprovechan de que somos una comunidad inmigrante y entonces mucha gente piensa que por esa razón no tenemos derechos
Marisol nació y creció en las coloridas calles de este barrio, que algunos lo llaman incluso "México en Chicago", porque aquí se encuentra la segunda comunidad más grande de mexicanos fuera de su país. Miles de latinos viven en esta zona residencial rodeada de industrias.
En un radio de 10 cuadras, en esta zona se pueden encontrar plantas de procesamiento de tambores de acero, compañías fabricantes de plásticos y una gran cantidad de industrias que utilizan y almacenan sustancias tóxicas afectando cada una de ellas a unas 100.000 personas. Todas cuentan con permisos oficiales.
La Organización para la Justicia Ambiental de La Villita (LVEJO) es un grupo de profesionales que ante la inacción del Estado comenzó a hacer estudios de salud en la comunidad. Son también ellos quienes exhortan a las autoridades a regular el funcionamiento de las fábricas y a volcar obras públicas en una zona permanentemente postergada.
"Hay historias de discriminación, de racismo. Por ejemplo aquí las calles tienen problemas, las escuelas tienen problemas. Y eso no pasa en todas partes de la ciudad. En otras partes de Chicago no hay problemas con el río, porque están desarrollando esas partes de la ciudad", señaló por su parte Antonio Reyes, director ejecutivo de LVEJO.
Tenemos el derecho humano a respirar aire puro y a vivir en un lugar sano
"Se aprovechan de que somos una comunidad latina, una comunidad inmigrante y entonces mucha gente piensa que por esa razón nosotros no tenemos derechos. Pero sí los tenemos. Son derechos humanos y tenemos el derecho humano a respirar aire puro y a vivir en un lugar sano", reclamó por su parte Marisol.
Aunque el trabajo es arduo y requiere de paciencia, aquí todos están dispuestos a seguir peleando por una mejor calidad de vida. Su primera victoria fue lograr la clausura de una vieja planta de carbón contaminante, emplazada a pocos metros de viviendas y escuelas. La gran chimenea, hoy inactiva, es testigo de que el objetivo es posible.
En su inocencia, cuando era una niña, Marisol solía llamarle a este lugar "la fábrica de nubes". Pero cuando entendió que eran esas nubes negras las que afectaban seriamente a la salud de su comunidad, decidió batallar hasta lograr su cierre. Hoy este es un símbolo de la lucha de los habitantes de La Villita por dejar de ser ciudadanos de segunda.rt.
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