lunes, 14 de julio de 2014
Los boicots crecen como poder silencioso y sin violencia
Kanya D'Almeida
Crédito: Rafael Edwards
Pacifistas de 40 países se congregaron en esta ciudad de Sudáfrica para analizar estrategias contra la guerra, mientras el mundo gastó 1,76 billones de dólares en las actividades militares en 2013, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, en inglés).
Unos 120 activistas se reunieron del viernes 4 al martes 8 de julio en el Ayuntamiento de Ciudad del Cabo, para la reunión cuatrienal de la Internacional de Resistentes a la Guerra (IRG), una red mundial fundada en 1921.
El SIPRI señala que en 2012 las ventas de las 100 principales empresas de armamentos alcanzaron 410.000 millones de dólares. Se calcula que cada día mueren 1.000 personas a causa de la violencia armada.
La IRG divulgó el domingo 6 en Ciudad del Cabo su segundo Manual para Campañas No Violentas, que documenta 14 casos de resistencia no violenta y ofrece un análisis somero de la proliferación de los movimientos pacifistas en el mundo, incluidas las protestas contra los militares indonesios en Papúa Occidental y el movimiento de solidaridad con la diáspora de Eritrea.
El documento reconoce el hilo conductor entre el compromiso moral de la no violencia adoptada por Mahatma Gandhi, el padre de la independencia de India, con la decisión estratégica por la vía pacífica en Europa oriental, en los años 80, y la “voluntad de utilizar métodos no violentos… pero sin el compromiso de evitar la violencia física de bajo nivel”.
Desde la misma tarima donde lideró la histórica Marcha por la Paz de Sudáfrica en 1989, el arzobispo Desmond Tutu se dirigió a los participantes del foro el sábado 5 y recordó la larga y sangrienta lucha contra el apartheid en este país.
“Envíen nuestras gracias a sus países”, dijo el premio Nobel de la Paz 1984 al público presente. “Incluso los más pobres estuvieron dispuestos a recibir a los exiliados y refugiados sudafricanos”, recordó.
Tutu instó a una mayor colaboración entre los distintos movimientos por la paz, con el fin de encontrar fuerza en la unidad, en base al tema de la conferencia, “Pequeñas acciones, grandes movimientos: la continuidad de la no violencia”.
En ese sentido, durante la realización del foro en Ciudad del Cabo sesionó por primera vez la Red Panafricana de No Violencia y Pacificación, la primera iniciativa regional de su tipo dedicada a conectar a las organizaciones de base en torno a la resistencia pacífica.
“Estoy encantada de que esta red naciera en Ciudad del Cabo. En el último recuento estaban representados 33 países africanos…, con un comité directivo de 16 miembros, cada uno de un país diferente”, indicó Nozizwe Madlala Routledge, directora de la organización sudafricana Embrace Dignity, que lucha contra la explotación comercial de las mujeres.
La red podría ser muy importante en la lucha contra el incremento de la presencia militar de Estados Unidos en África como, por ejemplo, el plan de Washington de construir un complejo de operaciones especiales por 220 millones de dólares en su base de Camp Lemonnier, en Djibouti, señalaron expertos presentes en el foro de la IRG.
“El Comando de Estados Unidos en África se amplió a cerca de 2.000 soldados en el continente, abarcando a 38 países”, indicó el coordinador de la conferencia, Matt Meyer.
“Casi sin dinero, pero con mucha pasión y comprensión de la necesidad de la unidad ante el militarismo, la violencia y la recolonización de la tierra, reunimos a personas de todos los continentes y 33 países africanos para decir: ‘vamos a seguir resistiendo. Vamos a construir un nuevo y hermoso mañana”, expresó en diálogo con IPS.
La eficacia del movimiento por la paz no suele aparecer en los titulares de la prensa, pero está documentada. Tras analizar datos estadísticos entre 1900 y 2006, la Fundación por la Paz Mundial concluyó que los movimientos no violentos tuvieron un 53 por ciento de éxitos, frente al 22 por ciento de los movimientos violentos.
Entre los éxitos se incluyen las victorias obtenidas por el movimiento palestino de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), según Omar Barghouti, miembro del comité fundador de la Campaña Palestina por el Boicot Académico y Cultural a Israel.
El BDS pretende que Israel se retire de los territorios ocupados hasta las fronteras previas a 1967, el cese del sistema de discriminación legal contra la población palestina, y el derecho al retorno de los refugiados.
Con ese fin, busca la misma solidaridad mundial que concitó la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y exhorta al sector privado que retire sus inversiones de las empresas que se benefician directamente con la ocupación de Palestina.
Con un presupuesto de defensa de 15.000 millones de dólares por año, el gobierno israelí no toma esto a la ligera e identificó al movimiento BDS como una amenaza estratégica, aseguró.
Los regímenes autoritarios de otras partes también reconocen el poder legítimo de la resistencia pacífica.
Un activista de Sudán del Sur, que solo se identificó como Karbash AM, dijo a IPS que el gobierno de Sudán prohibió a las organizaciones no gubernamentales que capaciten a los refugiados en la no violencia. Miles de personas perdieron la vida en el conflicto armado en la zona tras la independencia de Sudán del Sur en 2011.
Fuente: IPS Noticias
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