lunes, 14 de julio de 2014
Un escándalo financiero en China podría derrumbar el mercado inmobiliario de EE.UU.
© wikipedia.org
Una investigación realizada por periodistas chinos reveló que dos bancos de ese país ofrecían a sus clientes el servicio de trasladar sus capitales fuera del país, a pesar del límite vigente.
Dos grandes bancos chinos ayudaban a sus clientes a sacar sus capitales al extranjero, según una investigación de periodistas de la cadena CCTV13, informa 'South China Morning Post'. Los empleados de los organismos financieros consultaban sobre cómo evitar el límite de dinero que un ciudadano chino puede gastar fuera del país (actualmente no más de un equivalente a 50.000 dólares estadounidenses al año).
¿Una operación lícita o ilegal?
Según los representantes de ambos bancos, no se trata de un fraude: los bancos 'culpables' están bajo la vigilancia de las autoridades financieras y del Gobierno de China, lo que presupone una autorización por parte de los funcionarios chinos. Según los comunicados de los bancos en cuestión —Bank of China y China Citic Bank— el Banco Popular de China fue informado sobre el asunto en 2011.
Las operaciones de los bancos intentan disminuir la liquidez en el sector bancario de China. Cada año el volumen de los depósitos en los bancos chinos crece 4.000 millones de dólares, lo que podría llevar a una burbuja de créditos y a aumentar la inflación en el país. Para evitarlo, el Gobierno de China saca la liquidez de los bancos y compra las obligaciones de diferentes países, como EE.UU., informa el sitio web 'Vestifinance'.
Consecuencias para EE.UU.
El esquema en cuestión es calificado de "experimento" destinado a sacar grandes sumas de dinero fuera del país. Se trata de chinos ricos que intentan gastar dinero en el extranjero: uno de los sectores más atractivos para ellos es el inmobiliario de lujo en EE.UU.
Según los datos de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios estadounidenses, uno de cada cuatro dólares gastados en comprar vivienda de lujo en EE.UU. proviene de China. Los chinos también compran casas más caras: el precio medio de la vivienda que adquieren es de 523.000 dólares.
Si la investigación de CCTV13 pone fin a esta práctica, los inversores chinos no podrían mantener su presencia en el mercado inmobiliario de EE.UU., lo que resultaría en su derrumbe: los precios caerían y la oferta superaría drásticamente la demanda, y el sector haría frente a una nueva crisis.
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