domingo, 3 de agosto de 2014
"El pueblo español aceptará la independencia de Catalunya como aceptó la pérdida de Cuba"
ENTREVISTA| ALFRED BOSCH.
El portavoz de ERC en el Congreso advierte a Artur Mas de que si se echa atrás con la consulta soberanista, "padecerá las consecuencias"
El candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Alfred Bosch. FRANCESC SANS
ALEX GIL Barcelona.
Alfred Bosch (Barcelona, 1961), escritor e historiador, será el candidato de Esquerra Republicana de Catalunya a la alcaldía de Barcelona tras imponerse en las primarias de su partido celebradas el pasado 11 de julio. Bosch, también portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, aún no sabe si dejará su escaño en Madrid por si su actividad parlamentaria "suma" para alzarse con la victoria en unas elecciones municipales de 2015 marcadas por un proceso soberanista que tiene en la consulta del próximo 9 de noviembre su principal prueba. El alcadable republicano advierte que el primero que se eche atrás sobre el referéndum y busque otras vías "padecerá las consecuencias".
Durante las primarias de ERC para elegir candidato a la alcaldía de Barcelona, tanto usted como Oriol Amorós reivindicaron ser, en cierta forma, herederos políticos de Pasqual Maragall. ¿Esquerra ha ocupado ya el espacio que tradicionalmente controlaba el PSC?
Pues eso lo dirá el tiempo, no lo puedo decir yo, pero sí que es cierto que ahora mismo, desde Esquerra, reivindicamos ser la izquierda que trabaja, la izquierda pragmática, la izquierda que resuelve problemas, con una convicciones muy claras, pero que no se encalla en los dogmas. Esto quiere decir que si para mejorar las condiciones de las personas hay que rectificar, se hace.
"El nivel de desigualdad que hay en estos momentos en Barcelona a nivel de renta es similar al existente en 1979 con los ayuntamientos franquistas" Queremos combatir las injusticias, y eso se puede hacer desde la política y desde el sector público. Desde unas buenas escuelas públicas, una sanidad pública, un transporte público... Por nuestra propia filosofía, nuestra manera de ser y de hacer, estamos en contra de las privatizaciones, de que el mercado no esté supervisado por el poder público. A partir de aquí, y sin tener que anclarnos en ninguna idea fija, reivindicamos aquello que a primeros de los años 1980 se hizo en la ciudad de Barcelona. Entonces un Gobierno claramente convencido de que era un Gobierno de izquierdas promovió un reequilibrio de la ciudad y resolvió una serie de déficits que se habían ido acumulando. El nivel de desigualdad que hay en estos momentos en Barcelona a nivel de renta, es similar al existente en 1979 con los ayuntamientos franquistas. Si, como entonces, fue natural y reclamado por la ciudadanía, que el Ayuntamiento girase hacia las izquierdas, creo que ahora estamos, al menos en ese aspecto, en una situación comparable. Tenemos que resolver problemas graves, el mayor de ellos, sin duda, es el paro. El trabajo es la piedra angular del Estado del Bienestar.
Habla de izquierda pragmática. ¿Esto se relaciona con el apoyo de ERC a los presupuestos de la Generalitat que mantienen la política de recortes y de limitación del gasto público?
Bueno, no necesariamente en Barcelona se tiene que reproducir el esquema que vemos en la Generalitat. No sería la primera vez que en Barcelona la geometría de los pactos fuese diferente. Sobre todo, lo que debemos tener en cuenta es cómo podemos ayudar mejor a la gente que lo pasa mal, cómo resolver las penurias.
ERC, pactando con CiU, ha buscado rectificar las políticas neoliberales que [Mas] había llevado a cabo en solitario
En el caso de la Generalitat se consideró que era bueno alcanzar un doble pacto con CiU que incluyese una agenda nacional y una agenda social. La agenda nacional la conocemos todos, pero por lo que toca a la agenda social, sobre todo, se ha buscado rectificar todas esas políticas neoliberales, muy desatadas, que había llevado a cabo Convergència i Unió en solitario. Toda una serie de medidas que se han introducido, o reintroducido, primero, para recaudar más: impuestos sobre sucesiones, patrimonio, banca, etc. Pero todas las medidas que ha exigido ERC y que se han conseguido son medidas que han propuesto las izquierdas en el Parlament de Catalunya. Es más, no hay ninguna iniciativa que se haya propuesto que no se haya adoptado para intentar tener más recursos, reequilibrar las diferencias y minimizar las políticas de austeridad. Eso sí que es ser pragmático. Pensar en lo que podemos hacer para mejorar las condiciones de la personas y en el momento de pactar, ponerlo como condición sine qua non. ¿Qué pasará finalmente en el Ayuntamiento? No lo sé.
Si llega a la alcaldía, ¿cuál sería su primera medida a aplicar?
"Todos los [sueldos, dietas, pluses y complementos] que sean cuestión de clase y privilegio deben desaparecer"
La primera medida sería una revisión a fondo de todos los sueldos, las dietas, y todo ese tipo de privilegios, pluses y complementos que no son necesarios para desarrollar bien el trabajo. Todos aquellos que sean simplemente cuestión de clase, de distinción y privilegio deben desaparecer. Todos aquellos que sean inherentes al desempeño de las funciones, como cobrar un salario digno, pues serán, evidentemente, respetados. Por ejemplo, estamos por principios en contra de las dietas, que dan pie a muchos equívocos. En el Congreso de los Diputados hemos renunciado a muchas cosas ya, por ejemplo, a viajar en clase business o a las pensiones vitalicias privadas. Esquerra y otros grupos, pero ni mucho menos la gran mayoría de diputados y senadores. Las únicas dietas que aún percibimos son las de alojamiento y hemos pedido ya que sean sustituidas por un pago por gasto realizado, como se hace en los viajes de avión, tren, etc. Un sistema de este tipo es más claro y transparente y elimina suspicacias. Creemos que una línea de actuación de este tipo es la que se debe seguir en el Gobierno municipal.
¿El primer paso sería entonces de ámbito ético?
Sí, una actuación ética y ejemplarizante. Esto se puede hacer de manera rápida, inmediata. Por ejemplo, el Parlament aprobó un Código Ético que puede ser adaptado para el Consistorio. Debemos centrarnos en medidas concretas, evitar la acumulación de dietas también. Sé que, en el día a día, puede ser difícil acabar con estas prácticas que el sistema casi conlleva. Esto no salvará las finanzas municipales pero ayudará a limpiar un poco. Cuando hay tanta gente que va en una dirección que choca con los intereses ciudadanos, es probable que haya algo equivocado en el sistema. Cuando todos los alumnos de una clase suspenden es que el sistema usado por el profesorado no acaba de funcionar o no está bien diseñado. Con esto hablamos de comenzar a actuar contra un sistema viciado. No será fácil, acabar con esas inercias será complicado pero es nuestra obligación.
Una de sus propuestas es reindustrializar la ciudad
Bueno, tenemos que mirar cómo se consiguió colocar Barcelona en el mapa internacional, con conexiones aéreas intercontinentales, con el puerto de Barcelona como primer destino de los cruceros de lujo en el Mediterráneo. En estas cosas, el Ayuntamiento no tiene competencias. En buena parte se trata de poner suficiente determinación. Barcelona no era un centro turístico antes de 1992, pero sí que ha sido siempre una ciudad laboriosa, trabajadora, productiva... No debería ser tan difícil relanzar lo que ya es el ADN de la ciudad.
Tenemos que ir a por una industria verde, de alto valor añadido, sostenible, por ejemplo, industria farmacéutica, agroalimentaria, de alta tecnología, industria ecológica. Queremos atraer este tipo de industrias a la ciudad y, junto a la determinación, también necesitamos instrumentos, en algunos casos ya existentes, como Barcelona Activa, que deben ser reactivados. Es posible actuar sobre política fiscal, el 54% de los ingresos municipales provienen de impuestos propios. En este sentido, tiene mucho más margen de actuación del que tiene la Generalitat. Es una administración saneada, con un superávit de 140 millones de euros. Se pueden crear estímulos para las empresas, siempre con el objetivo de crear empleo. Buena parte de los polígonos de Barcelona y del área metropolitana, donde se puede crear un anillo verde productivo, están infrautilizados. Hablamos de una actuación coordinada dentro del área metropolitana. Cualquier gran idea o proyecto de la ciudad de Barcelona debe ser metropolitano.
La recuperación de la cohesión social, colocar la ciudadanía en el centro de las políticas municipales y que Barcelona sea la capital de la república catalana son los ejes de actuación que priorizó en su campaña. ¿Ve factible realizar todo ese programa en la próxima legislatura?
Sí. Se puede iniciar el camino, claro que se puede.
¿Habrá paciencia para esto o se impondrán las urgencias?
Soy una persona paciente. Todos los que queremos la independencia de Catalunya somos gente con mucha paciencia. Algunos lo somos desde casi nuestra infancia y otros lo hemos heredado de nuestros padres y abuelos. Hay gente que lo ha abrazado hace poco, es cierto, pero creo que la impaciencia no es algo que nos caracterice. Por lo tanto, cuando llegan las ocasiones deben aprovecharse, y aprovecharse con inteligencia. Estamos en un momento en el que podemos dar un salto hacia adelante. Es un momento único en nuestra historia y en el que debemos estar atentos. También es verdad que la independencia no la vemos como un capricho, ni como una fiesta de final de curso, es una herramienta para hacer un país mejor, nos puede dar recursos y, sobre todo, un margen de libertad para escoger las políticas mejor adaptadas a nuestro país. Es una independencia social y servirá para ser mejores, porque peor que ahora no lo vemos como algo posible.
¿Cómo se prepara la candidatura para la Alcaldía de Barcelona desde un escaño en el Congreso de los Diputados?
Nunca he simultaneado dos trabajos remunerados. En el momento que obtenga el acta de concejal, o, si fuese el caso, la Alcaldía, evidentemente ya no sería diputado. En la campaña electoral, aún no lo sé, lo estamos hablando. Depende de la directiva de Esquerra. Es posible que digan que para hacer campaña el altavoz que tenemos en Madrid, suma. Sobre todo, previendo este otoño interesante que se acerca.
¿Qué función demandará al Ayuntamiento de Barcelona como alcaldable en la consulta del 9 de noviembre?
Barcelona es la capital de Catalunya y aspiramos a que sea la capital de una república catalana independiente. Esta capitalidad beneficiaría a la ciudad enormemente, es un plus que ahora mismo no tiene, y más si consideramos que ha tenido un Estado en contra. Barcelona debe cumplir una función de liderazgo, es la locomotora económica, cultural y social del país, ahora la debe tener en el aspecto político. Es la función natural que debe desempeñar como capital de un país, liderar este proceso. Si Barcelona está activada y cumple este papel, será más rápido y quizás más fácil. Si Barcelona arrastra los pies y frena, será más complicado.
Ante los últimos movimientos políticos que se están produciendo, ¿están dispuestos a pactar una nueva fecha para la consulta, a reformularla?
Aquí hay una promesa que se debe cumplir, una promesa solemne que no sólo es un pacto entre partidos sino un pacto con la ciudadanía. Nos prometieron que se votaría sobre la independencia de Catalunya y esta consulta se hará. Nosotros estamos comprometidos y pondremos todo para que se realice. La gente debe votar. En cuanto a cambios de fecha, no lo sé, pero no creo que haya ningún ofertón. Llevo más de tres años en Madrid y es una cuestión que no veo. Desde que estoy allí se habla de eso, y claro, cada vez más, la oferta debería ser más grande para que realmente fuese aceptable. Creo que, en realidad, ahora es más difícil que se lleve a cabo una propuesta de este tipo.
No lo veo porque, entre otras razones, Mariano Rajoy y el ala más pragmática del Partido Popular están más atrapados y bloqueados por sus propias dinámicas. Se echarían encima a los barones territoriales, a FAES, a [el expresidente del Gobierno, José María] Aznar, a su señora [la alcaldesa de Madrid, Ana Botella]...Todos los poderes fácticos se le tirarían encima. Creo que no lo harán, y además, en Catalunya la determinación es fuerte y el primero que se eche atrás padecerá las consecuencias. Las cartas están sobre la mesa y las cosas seguirán su curso. Aunque alguien no quiera, la inercia de los hechos ya lo conduce.
¿Convergència está también atrapada en un discurso que no es el suyo?
Pienso que el president [Artur] Mas se lo cree. De momento no nos ha dado razones para opinar lo contrario. No tengo motivos para dudar de esta determinación, porque los pasos se han ido dando según lo acordado.
Los dos grandes partidos no parecen muy favorables a discutir sobre el modelo territorial...
Son ellos los que deberían dar una respuesta a una pregunta que niegan. La impresión que tengo es que son dos partidos del establishment y no lo quieren romper. Discutir el modelo de articulación territorial supone ir hacia un modelo radicalmente democrático que les haría perder su razón de ser. Todas las reformas que promueven, como ahora la de la ley electoral, van a afianzar su status. Cualquier cosa que amenace ese status conseguido durante estos últimos 35 años no la quieren aceptar. No quieren aceptar ninguna crítica sobre la monarquía ni ninguna modificación. Ahora se ha tenido la oportunidad y no han hecho nada. Cambiar las caras no soluciona el problema. Los dos grandes partidos defienden el sistema, ahora mismo a ultranza, porque está en una crisis profunda.
¿Ese blindaje es un miedo a la democracia?
"Los dos grandes partidos tienen miedo a la democracia y al cambio profundo"
Sí, y al cambio profundo. Esto es característico del poder español, porque el pueblo es más diverso y con más apertura de miras. En las calles de Madrid, la gente es mucho más liberal y abierta que en las instituciones de poder del Estado. Esto ayuda a explicar los resultados de las elecciones europeas y las encuestas que pronostican escenarios muy abiertos y radicalmente diferentes al actual del Congreso. La sociedad española va muy por delante de la clase política y muy pronto veremos los resultados. Hay miedo a que las cosas cambien, pensaban que esta crisis sería sólo una depresión económica, que se solucionaría y que se generaría de nuevo trabajo, algunos creían que incluso se solucionaría sola. No ha sido así, es una crisis muy profunda que está impulsando movimientos de gran calado.
En Catalunya todo esto ha ido de la mano de la reivindicación nacional hasta el punto que ha generado un tsunami democrático. Estamos viendo en la calle los efectos de esta oleada, casi revolucionarios. Veremos dentro de unos años el resultado de todo esto, pero creo que el escenario tendrá muy poco que ver con el que conocíamos hasta hace apenas dos o tres años. Parecía que aquí no se movería nada y se está moviendo todo, incluso de manera inesperada.
¿La irrupción de nuevos actores políticos, como Podemos —en clave española— o Guanyem Barcelona —en clave municipal—, son indicadores de esta sacudida?
Por supuesto, como también lo son los cambios operados dentro de ERC y su crecimiento. Incluso un fenómeno como Ciutadans (C's) forma parte de esta transformación profunda de la sociedad catalana. C's es un fenómeno muy catalán, de hecho es estrictamente catalán. La sociedad catalana ya es independiente, políticamente ya hace años que ha puesto en marcha su propia dinámica. Los debates políticos de Barcelona y Madrid son realidades paralelas y separadas.
En Catalunya, comenzó antes este proceso y, por lo tanto, es lógico y razonable pensar que se culminará antes. Es posible que la creación de una república catalana independiente sea el mayor incentivo que se pueda dar al cambio político en España. Si este proceso culmina en una república social acelerará mucho las transformaciones en España.
De momento, todas esas medidas para una república catalana más social no se están viendo...
Quien piense que toda esta transformación pasará inadvertida y que el esquema político y las políticas serán las mismas que hace cuatro años, se equivoca totalmente. Todo cambiará y cambiará mucho. Primeros cambios: por ejemplo, estas políticas neoliberales que CiU aplicó en solitario entre el 2010 y el 2012, a partir de entonces no lo puede hacer. Debe hablar, pactar y limarlas. Ya no se recuerda, pero CiU llegó a la Generalitat en el 2010 diciendo que aquí había habido una fiesta, que se habían dado muchos excesos y que no había fondos. Se tenía que recortar y poner orden. Exhibiendo músculo neoliberal. Eso ya no lo pueden hacer. Este es el primer síntoma que las cosas avanzan hacia otro lado y que los reequilibrios en políticas sociales que demanda la gente se irán traduciendo en el aspecto parlamentario. Los ciclos políticos a veces se hacen esperar un tiempo.
¿Los partidos tradicionales no leen bien los impulsos que vienen de la calle, de las demandas sociales?
Si vemos la trayectoria del PSC en los últimos siete u ocho años, la tentación es decir que no han interpretado bien los impulsos que vienen de la calle. Sobre la evolución de CiU aún no sabemos lo suficiente, pero quizás dentro de unos años sea en el mismo sentido que la anterior. Es evidente que aquellos que se han puesto las pilas, que han intentado conectar con la sociedad, que han renovado el partido y el discurso están funcionando mejor.
¿Hace falta más autocrítica en los partidos de izquierda que han participado en gobiernos municipales y autonómicos?
Todos los partidos deben hacer autocrítica, incluyendo a la izquierda alternativa. Si no la hacemos, entramos en dinámicas suicidas. Si uno no se da cuenta de los errores cometidos, se acaba como el rey desnudo. También es evidente que hay fluctuaciones, movimientos en la izquierda alternativa. No sabemos a dónde puede conducir, pero es muy interesante lo que está pasando con estas nuevas formaciones e iniciativas y que espero que acabe bien, con una izquierda alternativa fuerte. Todo lo que podamos estirar hacia la izquierda, en este momento concreto, es muy saludable. Pero sin saber qué y cuántas formaciones se acabarán presentado a las elecciones, se hace complicado prever un resultado.
¿España aceptaría un "sí/sí" en la consulta del 9 de noviembre?
¿España quién es?
"Aquí [en Catalunya] también hay corrupción; no somos extranjeros en eso" El Estado español, por ejemplo.
El Estado y el poder español, no. El pueblo español aceptará la independencia de Catalunya como aceptó la pérdida de Cuba y tantas y tantas cosas. Además, el pueblo español es eminentemente demócrata y si aquí votamos "sí", lo aceptarán. En cuanto al poder español, tendrá tendencia a rechazarlo y a resistirse a un cambio revolucionario que significa, aunque no sólo, una rectificación del mapa. La economía tendrá que cambiar, el déficit fiscal, esa transferencia constante que ha permitido financiar los despropósitos del poder español. Esos agujeros bancarios, el gasto militar, cosas alucinantes. Uno se repasa los Presupuestos del Estado y se te ponen los pelos de punta de cómo se las gasta el poder español. Que Catalunya se independice supone revisar a fondo ese sistema de transferencias, esa centralización extrema que ha favorecido los intereses de la casta extractiva.
Catalunya Caixa y algunas cajas de ahorros más, el aeropuerto de Lleida, el canal Segarra-Garrigues. ¿Catalunya también ha participado de ese entusiasmo en el gasto de fondos públicos?
Sí, claro, es que Catalunya aún es España.
¿Quiere decir que estos comportamientos se dan porque estamos en España?
Es porque se ha funcionado igual. Quiero decir que aquí también hay corrupción, que la casta oligárquica también está presente. No somos extranjeros en eso. Pensamos que la independencia, entre otras cosas, es una oportunidad de romper con este sistema. De buscar otro mejor, propio, y más justo y equilibrado. Pensamos que todos esos casos de corrupción desesperan y sacan mucha suciedad, pero tenemos la ocasión de ir hacia un lugar diferente.
"El proceso de independencia facilita que los casos de corrupción salgan a la luz"
El proceso de independencia también facilita que todos esos casos salgan a la luz, porque lo que hacen los servicios del Estado, las alcantarillas del Estado, es utilizarlo para desprestigiar a según quién. Bien, que salga todo. Aprovechemos el momento para limpiarlo todo. Todas estas corruptelas han pasado mientras estamos dentro del Estado español, si salimos de ese Estado, crearemos algo diferente. Para Esquerra es un argumento más a favor de la independencia.
¿Qué opinión le merece la confesión del expresidente Jordi Pujol reconociendo que tenía una buena cantidad de dinero en paraísos fiscales? ¿Atribuye estas declaraciones a futuros movimientos judiciales de los aparatos del Estado?
Las razones de por qué Jordi Pujol reconoce esta situación, las debe explicar él. Por eso mismo Esquerra ha pedido su comparecencia en el Parlament. En cualquier caso, lo que me preocupa es el hecho en sí, que nos produce una gran tristeza pero esperamos que se sepa todo, que quien la haya hecho, la pague y que se regularice la situación. Esperamos que la justicia actúe y se sanee todo, de hecho queremos un nuevo país que supere el autonomismo y entre en una fase de transparencia y de política ética, la República catalana debe servir también para limpiar y pasar la escoba.
"La República catalana debe servir también para pasar la escoba" ¿En 34 años no se puede encontrar un momento para regularizar esos fondos? Si, por lo que parece, era una situación conocida, ¿por qué ningún partido la ha denunciado, más allá del lío —rápidamente sofocado— en el Parlament, cuando Maragall habló sobre ese "3%"?
Sí, es evidente, en 34 años debería haberlo regularizado. El propio Pujol deberá explicar porqué no lo ha hecho.
¿Por qué ERC no apoya la constitución de una comisión de investigación? ¿Razones de Estado?
ERC ha firmado la comparecencia de Jordi Pujol en el Parlament, pero, al igual que la mayoría de grupos, no ha querido apoyar una petición impulsada por el Partido Popular y Ciutadans que pretende un linchamiento político y mezclar esta cuestión con otros procesos con los que no guarda ningún tipo de relación.
Usted ha repetido en numerosas ocasiones, incluso ha escrito un libro sobre esto, que a España le interesa una Catalunya independiente.
No permitir una salida democrática sobre la independencia de Catalunya, en el caso del Estado español y, sobre todo, de la democracia española tiene un precio. Aplastar las urnas en Catalunya perjudica la democracia. Facilitar un proceso democrático en Catalunya beneficia el sistema democrático. Permitir la consulta del 9-N es la prueba del algodón de la democracia española.
En cuanto a cultura e identidad, con una Catalunya independiente, España podría ser más española. Se quitarían de en medio en el Congreso, por ejemplo, unos tíos pesados que insisten en hablar en catalán. Si realmente España quiere ser una nación más homogénea y menos plurilingüe y plurinacional, es evidente que sin Catalunya lo podrá hacer mejor.
En cuanto a la economía, será una oportunidad para caminar hacia un sistema diferente. También podría beneficiar a una mayor descentralización. El corredor del Mediterráneo mientras estemos en España no se hará, aunque Europa insista. En el momento que nos constituyamos en república independiente una de las prioridades será el tramo de este corredor ferroviario. Eso beneficiará a Valencia, Murcia, Andalucía ...que verán esta infraestructura impulsada. La libertad siempre ayuda a relanzar la economía.
Además, Catalunya podría ser más hispanista sin que el hispanismo estuviese desprestigiado o visto con suspicacias. Catalunya no dejaría de hablar en castellano, sería un idioma importante. La tradición hispánica sería vista con mejores ojos que ahora. Si Catalunya gestionase en independencia su política cultural, lingüística y educativa el castellano en las escuelas no podría ser visto como una imposición.
¿Está a favor de un ejército catalán?
No estoy a favor de que Catalunya tenga un ejército como el ejército español. Sí que estoy a favor, y ERC también, de que Catalunya tenga un papel en la red de seguridad y cooperación europea y en el Mediterráneo. Esto quiere decir que, probablemente, se tenga que poner más inteligencia que fuerza. Más tecnología que tropas.
¿Cree que Catalunya podrá participar en organismos internacionales? Parece probable que España ejercería algún tipo de veto en cuanto a un supuesto acceso a la Unión Europea o a la OTAN.
Sería un error que cometería España, no tanto para Catalunya como para los otros socios europeos. Creo que las potencias, los que realmente mandan, pondrían sentido común porque la presencia de Catalunya sería muy importante.
¿Incluso en un mundo donde los intereses geoestratégicos principales se desplazan cada vez más hacia Asia-Pacífico?
No, pero tenemos que pensar que beneficia más a todos. A los empresarios españoles no les beneficiará que sus productos paguen aranceles por transitar por Catalunya. Ahora mismo el 70% del comercio internacional español transita por Catalunya. O bien rediseñas el mapa de infraestructuras o bien pagas aranceles, es una locura. Creo que los primeros interesados en arreglar este problema serían los españoles. Además, si España o el heredero político del Reino de España ejerciesen ese derecho de veto, estaría reconociendo automáticamente esa república catalana. Sería un reconocimiento de independencia clarísimo. Estas contradicciones serán superables en un escenario de pacto, de entendimiento, que creo que es el que finalmente se producirá.
¿No contemplan en ningún caso una salida violenta a la situación actual?
No, no estamos en 1936. Las fuerzas armadas están integradas en la OTAN y, según los tratados, cualquier operación ofensiva ha de recibir la aprobación del mando único, y único, quiere decir eso, único.
Ya se ha visto cómo, por ejemplo, se modifican artículos de la Constitución en una tarde.
Sí, ¿pero a España le interesa ir contra el mundo? Si se abriesen hostilidades contra Catalunya, que es la única que puedo contemplar porque Catalunya nunca abriría hostilidades de ningún tipo contra nadie...
Un informe de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) habla de ocupación de infraestructuras básicas como puertos, aeropuertos, centrales de energía...
Sí, pero seamos serios. ¿De cuántas armas dispone Catalunya? ¡Del mando de la videoconsola! Las únicas armas que tenemos son esas y con eso no nos enfrentaremos a nadie ni nos meteremos en líos. Una operación militar española la veo altamente improbable, estamos en el siglo XXI, en plena democracia. Sería una locura y una vulneración directa de todos los tratados internacionales y de alianzas firmados por España. Las fuerzas armadas españolas están profesionalizadas y rejuvenecidas, saben que su misión no es ésta. Otra cosa es que un espontáneo haga ruido de sables, pero eso se arreglaría en cinco minutos.
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