jueves, 3 de septiembre de 2015
En el retórico Naucalpan más allá de la Centuria, confirmarse el momento histórico del que vivimos
• En el acto Solemne del 141 Aniversario de nuestro municipio, y en el fondo de los discursos políticos, se cobijó la idea de sabernos infalibles, entender y ser capaz de derrumbar las barreras que nos atan.
• La realidad del momento, del instante, de lo efímero que es el minuto que pasa, de decir un basta y poner el orden a propósito de depurar lo que “ensucia, lo que apesta” y lo que corrompe”, giró la emotiva conmemoración simple y llana, dejando un claro mensaje a los naucalpenses.
Por Mario Ruiz Hernández
Definitivamente que, Naucalpan tiene un antes y un después. Un horizonte distinto y de trascendencia pura que va más allá de los malos recuerdos y además en el mismo sentido retórico de la palabra, la barbaridad aquí y ahora de enfrentar las calamidades que nos abruman
En la esencia incluso del lenguaje político, del mapa de las emociones y también debo decir de las pasiones, la injusticia, el olvido, el silencio obligatorio del que ya nadie quiere hablar, sino dejar las lecturas del discurso abierto-indemnizar tanta pérdida-
Desde luego que, hoy en el Acto Solemne del 141 Aniversario de nuestro municipio-NAUCALPAN-cobijó la idea de sabernos infalibles, entender y ser capaz de derrumbar las barreras que nos atan.
En ello, surge pues, la necesidad de precisamente de reinventarse, de romper paradigmas y apostar por aquello algo que jamás hubiese sido posible que sucediera.
La realidad del momento, del instante, de lo efímero que es el minuto que pasa, de decir un basta y poner el orden a propósito de depurar lo que “ensucia, lo que apesta” y lo que corrompe”.
Empero en el cruel marco de referencia que nos acompaña, en lo obvio del contenido del mensaje, y en su decodificación, numerosas veces apanicada, radica lo fascinante y terrible que es la vida.
No obstante, y en esas adversidades, establecer los límites que a nadie gusta y en el ejercicio público-decirlo como va- transparentar las cosas-
Claro lo es, que la propia alcaldesa sustituta, Claudia Oyoque Ortíz, tiene firme lo que pretende en este último cuatrimestre del gobierno 2013-2015.
Ciertamente que ahora aquí, hay presencia, historia, y tradición en poco más de la Centuria.
Prevalece un municipio moderno, de vanguardia y pujante en su economía, comunicaba el secretario de salud mexiquense, Cesar Nomar Gómez Monge.
Mientras tanto, de la emoción sincera, fraterna, con un nudo en la garganta y con las lágrimas en los ojos al evocar a Benito Juárez García, al final de la reseña histórica del regidor tercero, Francisco Guzmán Lazo, ese inmenso amor a “la patria chica”, al Naucalpan de ayer, el de hoy y el del mañana.
Aunado a todo lo anterior, y si hay un mérito en esta etapa de la gerencia, y lo he venido constatando que en el órgano de gobierno-se concedió el extraordinario milagro que hasta los mudos hablaran- que exista emotividad, pasión, de una profunda contigüidad con las cosas.
Concibo, un mundo coincidente para compensar también las cosas, en esa verdadera causa y el afán de transformar para sinnúmero de personas la “tierra nativa” de las circunstancias, de resistir los embates de la historia, y hacer del Municipio de Naucalpan de Juárez, un lugar digno, de veras compartible con el prójimo.
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