miércoles, 30 de septiembre de 2015
La homologación del salario mínimo, una ironía para la economía familiar
Por Arlen Jaime Merlos
La distribución geográfica de los salarios mínimos en México, hasta el día 29 de septiembre de este año, se clasificaba en dos zonas geográficas, la "A" y la "B", sin embargo, a partir del 1º de octubre habrá un solo salario mínimo para todo el país.
Lo anterior, derivado de la reciente resolución emitida por el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), al homologar las zonas económicas, determinando un salario mínimo único de 70 pesos con 10 centavos al día.
En conferencia de prensa, el Secretario del Trabajo anunció que dicha homologación representa un paso histórico que contribuye a resarcir la pérdida del poder adquisitivo de los mexicanos. Y aquí es importante plantear una interrogante, ¿Qué logro representa esa homologación que implica un aumento al salario mínimo de 1 peso con 82 centavos?.
Lo preocupante es sí con ese aumento se combate realmente la pobreza y la desigualdad que se viven actualmente en nuestro país, sin olvidar que comparativamente el salario mínimo en México, no sólo es el más bajo de la OCDE, sino también es el más bajo de toda América Latina junto con Haití. Es importante puntualizar que desde 1981, el salario mínimo en México ha perdido el 76% de su poder adquisitivo.
Según la Comisión Económica para América Latina, México es el único país en Latinoamérica en donde el salario real mantiene a los trabajadores en un estado permanente de pobreza, lo que representa que sea imposible cubrir las necesidades básicas del trabajador y su familia.
Aunado a los bajos salarios, hay que sumarle los altos niveles del desempleo, lo que ha ocasionado que más del 50% de la población económicamente activa se desempeñe en el trabajo informal, lo que ha agravado la crisis social del país.
El salario es una de las piedras angulares para el análisis de los estándares de vida y tema central de la agenta pública y política nacional; es imposible separar el escenario del bajo crecimiento económico que ha multiplicado los niveles de pobreza y ha colocado a México como uno de los países más desiguales del mundo.
En ese sentido, el país lo que requiere es la implementación de una política real de recuperación del poder adquisitivo del salario, como una de las principales herramientas en el combate a la pobreza y para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.
Habría que insistir que la mejor manera de lograr una mayor distribución del ingreso es aumentando los salarios de los trabajadores.
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