miércoles, 30 de septiembre de 2015

En México se invierte menos en los pobres

24 HORAS Las niñas, niños y adolescentes de familias mexicanas con más ingresos reciben más gasto en desarrollo humano (GDH) que aquellos de familias con más carencias, lo cual abre la brecha de desigualdad y muestra poca eficiencia en el uso de los recursos, señala el Informe sobre la equidad del gasto público en la infancia y la adolescencia en México, hecho por la UNICEF y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“Los resultados de este informe señalan que el gasto no se distribuyó con equidad entre 2008-2012. En este sentido, el gasto público aún está lejos de alcanzar su máximo potencial distributivo. En 2012, por ejemplo, 20% de las niñas, niños y adolescentes (NNA) con menores índices de desarrollo humano debió captar 38.6% del GDH para la infancia, pero en realidad recibió 15.3% de los recursos. En contraste, 20% de los NNA con mayor Índice de Desarrollo recibió 24.2%”, dice el documento. El GDH se divide en tres rubros: salud, educación y trasferencias al ingreso. El Informe menciona que en los dos primeros, el gasto del gobierno influyó muy poco en la erradicación de la desigualdad, lo que se traduce en ineficiencia para alcanzar un desarrollo humano igualitario. En cambio, en lo que se refiere a trasferencias al ingreso, el gasto se dispara a favor de los menores con mayor índice de desarrollo. Este rubro se refiere a ingresos por pensiones, subsidios al consumo de gasolina, gas o electricidad y Procampo. Los sectores con más recursos reciben 29.1% de las trasferencias, mientras los menores de menos recursos les llega el 14.3% de este rubro, es decir, la mitad de su contraparte más rica. Para tratar de compensar este desequilibrio, el gobierno implementa programas de gasto enfocado como Prospera (antes Oportunidades), que si bien destina 22% de sus recursos a atender al sector con más carencias, esto no ha acortado la brecha entre la población, añade el Informe. “La tendencia pro-rico de las transferencias al ingreso en todos los grupos de edad deja de manifiesto la necesidad de corregir este sesgo redistributivo. Una forma de hacerlo es a través de la eliminación de transferencias generalizadas en conjunto con un aumento de las transferencias dirigidas a quienes experimentan más carencias y tienen un menor desarrollo”, recomienda el texto. Otro de los puntos que destacan la UNICEF y el PNUD es poner atención en los menores de 5 años, ya que de acuerdo a la revisión de los índices de desarrollo humanos dividiendo a la población por edad, es este sector el que sale con más carencias. El problema que encontró el estudio es que al no existir programas de educación formal para los menores de 3 años, se pierde buena parte de los recursos que se destinan para la infancia. Por ello, recomiendan al Estado mexicano implementar mecanismos compensatorios para estos niños y niñas. 33.6% de la población en México es infante o adolescente 5 años o menos de edad, es el grupo de menores con más carencias 8.9% de las transferencias al ingreso debieron recibir los menores con más ingresos.

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