La autopsia practicada a la gorila Arila, residente del Parque Ecológico Zacango, demostró macroscópicamente que su deceso se debió a una insuficiencia cardiaca.
Ana Sofía Manzur García Maas, directora general de la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (CEPANAF), descartó la posibilidad de la dieta de este ejemplar haya sido la causante, pero aseveró que el informe final lo darán a conocer a finales de febrero, cuando los patólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) concluya los estudios microscópicos de tejido de los órganos de este primate, que fue una de las principales atracciones del Parque Ecológico desde 1986.
Debido a las sospechas que seguidores de Arila tenían sobre una posible intoxicación, la directora explicó que la base de ese pastel que el primate comió el día de su cumpleaños, estaba hecha de croquetas molidas, que era la misma porción que le tocaba ese día y los jitomates cherry que estaban encima del pastel eran parte de su dieta.
Por otra parte dijo que aún no se sabe el destino que tendrán los restos biológicos de Arila, pues deberá esperar a contar con el reporte final de la autopsia para que la Dirección de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) decida qué hacer y recordó que, de acuerdo con la ley, este tipo de ejemplares no son propiedad de los zoológicos o parques que los albergan, sino propiedad de la nación.
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