El último rinoceronte blanco del norte macho que quedaba en el mundo, llamado Sudán fue sacrificado.
La reserva natural keniana de Ol Pejeta, informó que su enfermedad empeoró significativamente en las últimas 24 horas; era incapaz de ponerse de pie y lo estaba pasando muy mal, luego de una infección en su pata derecha derivada de sus 45 años edad.
Sudán se recuperó con éxito a finales del año pasado, pero a finales de febrero se descubrió que había recaído y que, esta vez, la afección era “mucho más profunda”.
Al final de su vida consiguió volver a África, a la reserva natural situada en Laikipia, en el centro-oeste de Kenia.
Aún hay otras dos hembras vivas, ambas hijas de Sudán, también en Ol Pejeta, pero la fecundación artificial nunca se ha intentado con rinocerontes.
En una campaña realizada para juntar el dinero necesario para su rehabilitación, se publicó; “Soy único. Soy el último rinoceronte blanco macho en el planeta Tierra. No quiero parecer un aprovechado, pero el destino de mi especie depende, literalmente, de mí. Actúo bien bajo presión. Mido 1.82 metros y peso 2 mil 267 kilos, por si esto importa”.
La reserva informó que se consiguió extraer “material genético” de la criatura, lo que “da esperanza a futuros intentos de reproducir la especie de rinoceronte blanco a través de técnicas genéticas avanzadas”.
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