viernes, 22 de marzo de 2024

Insuperable la cruel radiografía de presunta impunidad y corrupción del “Gobierno de Olvera y su pequeño sequito” en Naucalpan


• Lo de las inhabilitaciones a sus ex tesoreros, el Diputado federal sin partido y de Juan Carlos Sánchez, es tan sólo un mínimo capítulo de una serie de irregularidades e ilegalidades que más de uno cometieron

Por Mario Ruiz Hernández

Naucalpan, Méx., marzo del 2024. - Es realmente grave, los delicados asuntos que han venido resultando de la gerencia del ex panista, Edgar Olvera Higuera y sus más cercanos colaborados.

Efectivamente, sus dos tesoreros, el hoy Diputado sin partido, Iván Arturo Rodríguez Rivera y Juan Carlos Sánchez Medina, comunican de un gobierno con elevados signos de impunidad y corrupción.

Las inhabilitaciones hasta por 20 años del legislador y del ex funcionario, como que no son nada de esa enorme cadena de otros expedientes que por ahí se cocinan, además de una serie de dinero público a resarcir y aclarar.

Los daños a Naucalpan son dimensionales, al margen del proceso poco transparente de la adquisición “chatarra” del Helicóptero Águila Uno, el 26 de marzo del 2017, el cual tuvo un costo de 24 millones de pesos, y sin que se recuerde, la aprobación del cabildo para tan innecesaria compra.

Asimismo, y de la línea de arrendamiento hasta por 300 millones de pesos según para rehabilitar el parque vehicular, de servicios públicos, seguridad y el arreglo de oficinas, cuando trajeron hasta personal de una empresa para el control de los servicios de recolección, traslado y destino final de los desechos, y mantenimiento de la infraestructura del palacio municipal y los edificios anexos.

Recordar esa política fallida, que inició con la confrontación directa con el personal afiliado al SUTEyM, del área precisamente de servicios públicos, al incorporar a gente de otro lado que ni siquiera conocía el municipio, sus rutas, horarios, es decir toda la logística, y el enfrentamiento contra agremiados al sindicato de la policía municipal y estatal, la golpiza a trabajadores y la incursión de la montada.

En el anecdotario, es difícil olvidar que el ex tinto “Olvera Team”, llegó al gobierno municipal a “Madrear al sindicato”, con resonancia en el Oapas y directamente del titular del organismo, Francisco Santos Arreola, a quien utilizaron de “Kamikaze”.

De los innumerables perjuicios nada se sabe, y menos del dinero público y hasta dónde llegó, porque tampoco dejaron patrimonio, todo fue presumiblemente rentado, patrullas, equipo, camiones de basura y demasiados etcéteras.

El crédito de 200 millones de pesos ante la banca para enfrentar problemas y atrasos de nómina e hipotecar la hacienda, cuando se tenía un pasivo entre público y privado que heredó al gobierno de morena, de más de 3 mil millones de pesos.

“Los Olvera” se despecharon en grande, tenían sueldos onerosos, compensaciones extremadamente por arriba de los tabuladores autorizados y Edgar junto con la Alcaldesa de Tlalnepantla Denisse Ugalde, eran los que ganaban más del estado de México.

Olvera tenía un salario de 122 mil, 766.28 pesos brutos mensuales, mientras que Ugalde, percibía 169 mil 660.80 pesos al mes, cuando el tabulador para este caso estipulaba 130 mil, 149 pesos.

Pero además del Alcalde de Naucalpense, su esposa, hoy candidata del PVEM a Diputada federal por la vía plurinominal, y a ver si llega, presidenta del Sistema DIF disfrutaba presumiblemente de un salario asignado de 70 mil pesos, cuando por ley, no debería cobrar por ser un cargo honorífico.

Por otra parte, el control total de la hacienda pública a manos del Diputado federal sin partido, Iván Rodríguez, desde el comercio en la vía pública, los grandes negocios y plazas comerciales, las casas de juego que, en ese mandato, tanto crecieron por muchos lados, como que dejaron millonarios gravámenes y presuntamente “elevados “moches”, para su operación, y estarían a bajo renta”.

Aunado y hemos insistido en el tema de las inversiones a capital de riesgo, en los grupos financieros Fóndika, Argos, Multiva y del Bajío y lograr grandes utilidades del dinero público que, al parecer, jamás ingresaron a las arcas municipales y se fueron quizá a una cuenta bancaria privada.

El acoso fiscal a contribuyentes y la ilegal transferencia del padrón y del cobro de impuestos municipales sobre todo el predial, a una compañía privada; la actualización de propiedades y la operación de un dron para el cálculo del pago de cargas fiscales.

Finalmente, y de todo un engranaje de irresponsabilidades públicas, las denuncias familiares por la falta de los depósitos de la pensión alimenticia y otras querellas incluso, hasta de violencia de género.

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