• Las escuelas deben tener herramientas para ayudar a sus alumnas y alumnos a dejar de sufrir: Diputada Vigil Hernández (MORENA)
La Diputada Elva Agustina Vigil Hernández (MORENA) propuso
que las autoridades educativas establezcan un protocolo para el desarrollo de
habilidades neurocognitivas y neuroconductuales, con el objetivo de fortalecer
la personalidad y evitar afectaciones psicoemocionales y sociales, previniendo
conductas suicidas y homicidas en el ámbito escolar.
En una iniciativa que adiciona una fracción XIV al artículo
9 de la Ley General de Educación, turnada a la Comisión de Educación, indica
que desde la actividad legislativa se debe contribuir a mejorar la salud mental
de las y los estudiantes, con la creación de políticas públicas que apoyen a
inhibir dichos comportamientos.
Argumenta que el Estado debe velar por un ambiente escolar
seguro y de apoyo para que los estudiantes se sientan cómodos al buscar ayuda
cuando la necesitan, lo cual implica ofrecer asesoramiento accesible y el
fomento de una cultura de apertura y aceptación en la que hablar de salud
mental no sea un tabú.
Señala que las instituciones académicas son el eje más
importante en la prevención de la violencia autoinflingida, por lo que deben
saber cómo intervenir con los recursos necesarios para ayudar a las y los
alumnos a dejar de sufrir en silencio.
Además, representan un recurso ideal para que las y los
alumnos aprendan habilidades socioemocionales y fomenten la prevención desde
preescolar hasta la preparatoria, al ofrecer una atención eficiente a los
problemas de salud mental con programas de resiliencia emocional que reduzcan
síntomas de ansiedad y depresión.
La propuesta busca brindar herramientas para disminuir
hechos suicidas y homicidas en niñas, niños y adolescentes, así como crear
estrategias neuropsicológicas que disminuyan su estrés y a su vez permitan
adquirir habilidades que sumen a la sociedad.
La legisladora resalta que es fundamental dar relevancia a
la salud mental en la educación para que los estudiantes sepan reconocer signos
de angustia emocional en ellos mismos y en sus compañeros; también para que
aprendan estrategias de cómo manejar el estrés y la presión.
Destaca que es esencial promover la salud mental en las
escuelas a través de programas de prevención y detección temprana, a fin de
identificar y abordar los problemas antes de que escalen; además, involucrar a
padres, madres, cuidadoras, cuidadores y docentes en el apoyo emocional y la
identificación de problemas de salud mental, para crear un entorno donde las y
los estudiantes se sientan seguros, apoyados y capaces de enfrentar sus
desafíos emocionales.
Explica que, de acuerdo con el informe Tres años
consolidando los derechos humanos, de 2021, de la Subsecretaría de Derechos
Humanos, de la población de 10 años y más que declaró haber considerado
suicidarse, seis por ciento lo pensó frecuentemente, cinco por ciento, casi
siempre, 34 por ciento lo pensó algunas veces y 54 por ciento rara vez lo hizo.
En autolesiones, dos por ciento declaró que alguna vez se ha herido, cortado,
intoxicado o hecho daño con el fin de quitarse la vida.
“Nos enfrentamos con un serio problema de niñas, niños y adolescentes con alteraciones emocionales y sociales, como consecuencia del estrés post traumático y alteraciones cerebrales que se traducen en dificultades en las relaciones interpersonales, autoestima, ansiedad y baja o nula inteligencia emocional, sin mencionar el aumento de la violencia intrafamiliar”, concluye.
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