La velada comenzó con un recorrido íntimo por las instalaciones, que sorprendieron por su amplitud, su estética cálida y elegante y una vibra especial. Las luces suaves iluminaban mesas de barras relucientes y diversas pantallas que prometen convertirse en uno de los epicentros deportivos y musicales más importantes de la zona. La gente probaba las 70 variedades de cerveza, recorría la carta de alitas —con sus ya famosos más de 17 sabores— y se maravillaba con la terraza, diseñada para convertirse en refugio de noches interminables. “Está hermoso el lugar, de verdad les quedó increíble”, comentó Luis Álvarez mientras atendía a la prensa. “Lo que más me emociona es ver que el rock sigue teniendo espacios donde la gente puede convivir, comer, escuchar música y sentirse en casa. Eso no se debe perder… y este lugar lo entiende”.
El Haragán, rodeado por micrófonos y cámaras, fue contundente al recordar la historia compartida con el concepto German Garden. “Venimos desde hace años acompañando este proyecto. Aquí siempre hemos encontrado cercanía, un público honesto y una vibra que no se compra. Lo que pasa en estos foros es importante porque construye comunidad. Y el rock vive de eso: de la gente”. Tras él, los Gatos Rockabilly se abrieron paso entre fans que les pedían fotos. Con una sonrisa amplia, El Gato recordó el paso del colectivo por German Garden Tlalnepantla. “Nos tocó ver cómo este concepto creció, cómo la gente lo abrazó. Y ahora este espacio… está increíble. Tiene alma. Eso es lo que hace falta para que la música suceda de verdad”.
Las declaraciones fluyeron entre aplausos, flashes y el sonido constante de platos y vasos llegando a las mesas. Carlos Segarra, emocionado, compartió que espacios como este fortalecen el puente cultural entre México y España, un lazo que Los Rebeldes han mantenido firme por décadas. Duan Marie celebró la inclusión de artistas alternativos y oscuros en un foro que no sólo piensa en bandas históricas, sino en nuevas generaciones que buscan escenarios dignos. Mosy, con su habitual energía, dijo sentirse “como en casa” y aseguró que el nuevo recinto será cumbre para el movimiento rocker. Tinieblas Jr. y Juan Salcedo no ocultaron su entusiasmo por la convivencia entre músicos, luchadores, medios y clientes; mientras que Krustovsky de Triciclo Circus Band convirtió su paso por la alfombra en una mini caravana circense improvisada que arrancó carcajadas.
El acercamiento con los medios fue cálido y continuo. Los invitados recorrieron cada zona acompañados por reporteros, fotógrafos y camarógrafos que buscaban declaraciones y detalles del nuevo foro, mientras el público se movía entre mesas sin perder de vista la actividad del corte de listón. La energía que se respiraba era la de un espacio que no llega a competir, sino a sumar: un lugar que reconoce, desde su ADN, que el rock mexicano tiene raíces profundas y que merece puntos de encuentro donde convivir con la familia, celebrar entre amigos o simplemente disfrutar de un concierto íntimo en un rincón bien iluminado.
German Garden Sotelo no solamnete inauguró sus instalaciones: inauguró una vibra, un espíritu. El de un foro que desde ya promete música en vivo cada fin de semana, experiencias culinarias inolvidables, noches deportivas memorables y la sensación inconfundible de que, de vez en cuando, una buena canción también puede convertirse en un lugar. A partir de esta apertura, el norte de la capital tiene un nuevo hogar rockero. Y anoche, con el rugido colectivo de los presentes, quedó claro que ese hogar ya encontró a su gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario