jueves, 5 de diciembre de 2013
La opinión...Salvador Ferrer i Paradeda
Hablando de mujeres y traiciones…¡¡¡las botellas!!!
Salvador Ferrer i Paradeda.
Sin ir más allá de lo que mi buen entender me deja, aplicando la regla del ser humano como personaje intelecto, leo y leo las mil y una noticia que los periódicos (hoy en día por Internet) pone a mi alcance.
No deja de sorprenderme el hecho de que cada día hay más muertos, más ricos y más sinvergüenzas, aunque esto no debería extrañarnos. Muchos más y más menos… ¿un lío? No, para nada. Aclaremos, muchos más de los primeros, los segundos y los terceros y todavía más de los que menos tenemos. O sea… ¿este embrollo viene por las mujeres y traiciones?. Tendría que usar una exclamación que no está en los anales del diccionario, pero le buscaré una alternativa. Antes que nada, no hay machismo ni fanatismo alguno, simplemente una explicación derivada de las botellas y mal hallada respuesta con las mujeres.
1-. Cuando nos ponemos frente a una botella mirándola una y otra vez, nos viene a la mente una especie de traición, una niebla que cubre la masa encefálica convirtiéndola en algo impredecible. Luego, casi sin darnos cuenta, consumimos la botella buscando en los calores etílicos una respuesta.
2-. Recordamos las traiciones que hemos sido objeto durante la vida; aquel momento en que el compañero de clase te arrebataba el cuaderno para llenarlo de garabatos… aquella muchacha que te hacía tilín, tilín y terminó por irse con el antipático del vecino, que dicho sea de paso, tenía una bicicleta plegable… el día en que decidiste tomar un avión para ir lejos de la protección familiar y te encontraste en un país desconocido cazando caimanes ¿qué puñetas hacía yo cazando esos lagartos? (me traicionó el subconsciente en este caso).
3-. Ahora viene el turno de las mujeres. Se complica la situación. ¡Ah! Pero ellas son quienes entre debate y debate nos escuchan atentamente. Recordamos los consejos de una madre o de la abuela de turno, cuando decían; “hijo, piensa antes de actuar”, sí, sí… lo haré. Jamás pensé en hacerlo, pero sí en volar y volar para aterrizar en cualquier lugar desde donde no ser observado por ellas. Falso sentido del oído que no permitió escucharlas con la atención debida.
Como se observará, todo tiene una razón, aunque no siempre aparenta lo que es al leer un título.
Moraleja: Dejémonos de puñetas y pasemos lista a quienes prometen hacer mil cosas y jamás cumplen nada, obviamente es una lista larga donde tienen cabida; banqueros, empresarios, políticos, medios, el taquero de la esquina y la buena mujer que siempre te ofrece una rosa al módico precio de diez pesos… siempre una mujer, no tenemos remedio.
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