sábado, 22 de febrero de 2014
La opinión de... Salvador Ferrer i Paradeda
De la crisis al desasosiego
Salvador Ferrer i Paradeda.
Llamemos al juzgado de guardia y que analicen el desperdicio encontrado abandonado en una de las calles principales, parece que se trata de un paquete envuelto con papel de periódico amarillista, a juzgar por los muertos con sotana, los muertos adultos mayores,
las construcciones afectadas por lluvias y sonido elevado, las calles mal pavimentadas, y el reluciente resplandor de las alabanzas a “los amigos de turno”, alejados realmente de la realidad.
Se acercan espectaculares obras por inaugurar, se alejan comunidades necesitadas de mucha ayuda, se acercan apoyos al deporte y se alejan conexiones de agua, con ello, muchos seguirán aguardando el preciado líquido para las próximas elecciones.
…Esto puede ocurrir en cualquier lugar, cualquier país, cualquier continente y… en cualquier “chingada familia afectada”, no importa color ni pensamiento, no es necesario el voto útil de último momento, ni tan siquiera que a uno le regalen una playera con un slogan acaparador de vanas realidades e incumplimientos.
¿Por qué seguimos creyendo que la crisis es el motivo de nuestros males?, fácil, sencillo y algo curioso; las crisis vienen acompañadas de elevadas oraciones y bajas maldiciones, es la parte obscura de la historia, aquella que los “iluminatis” de turno, los que nos gobiernan, suelen lamentar en sus años de encabezamiento político. Maldicen la suerte o mala suerte al no poder encontrar una solución, aunque al final el enriquecimiento no viene acompañado del premio de la lotería navideña (algunos, porque otros hasta les ha tocado varios años seguidos, ¡los hay con suerte!).
En fin, seguiremos dando cuerda y tolerando estupideces, formaremos una larga cola en la sección deportiva de cualquier periódico, para así ser los primeros en poder leer los encabezamientos que dicen: “¡¡gran victoria de…(determinado partido político), el cual brilló con intensidad durante el primer tiempo, en el descanso las arengas del entrenador(llámese presidente gobernante) hicieron que la segunda parte fuera más entretenida y llegaron los goles (elegidos y nuevos ricos a partir de este instante) al llegar al final del encuentro, todos salieron felices y comieron perdices. Los unos por ganar (siempre los mismos) los otros por perder (idem de idem).
Porque… se trata de un deporte ¿verdad?, los políticos contra la gente de a pie. Amén.
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