martes, 10 de junio de 2014
"Mentiras y amenazas", métodos para hacer que el Ejército de Ucrania combata
"Mentiras, fuerza y amenazas" son los métodos que estaría utilizando Kiev para obligar al Ejército a combatir contra la población del este del país, denuncian los habitantes de la zona.
Cualquier ciudadano sano es apto para la guerra: si se opone, solo le espera la cárcel. "No nos examinó ninguna comisión médica; yo tengo neumonía, pero dijeron que estoy bien, y aquí estoy", comentó a RT uno de los reclutas.
Los numerosos testimonios confirman que los reclutas no están dispuestos a combatir contra la población civil y que no le ven ningún sentido a empuñar las armas. "Los califican de voluntarios, pero no son voluntarios. No quieren disparar a la gente, pero les dicen que, si no lo hacen, los condenarán a cinco años de cárcel", dice uno de los autóctonos.
Los soldados ucranianos que participan en la llamada 'operación contra el terrorismo' —según denomina Kiev su campaña militar en el sudeste— aseguran que nunca se han topado con un verdadero terrorista. "En el Ejército hay gente sensata que no quiere derramar la sangre del pueblo. Nos han engañado. Durante el tiempo que estoy aquí no he visto a los terroristas ni a los chechenos, solo a mujeres y niños, a gente común que intenta sobrevivir", insiste el teniente mayor Stanislav Vecherok.
Sin embargo, el ministro del Interior en funciones, Arsén Avákov, lo ve a través de otro prisma: su meta es reclutar a más soldados para que busquen terroristas en el este de Ucrania. "He tomado la decisión de que el 100% de las unidades de combate y patrullas del Ministerio del Interior formarán parte de la operación antiterrorista. No es solo una necesidad, sino una prueba de utilidad profesional y patriotismo. Todos los que creían que no les tocaría o que quisieran esconderse que pongan por favor su renuncia sobre mi mesa", insistió. Kiev llegó a movilizar incluso a la unidad presidencial, que normalmente solo está presente en los actos solemnes.
La oposición ante los métodos de las nuevas autoridades se reproduce cada vez en mayor número de regiones. Así, los estudiantes de la ciudad de Odesa se indignaron por la obligación de reclutarlos. Los habitantes de Lvov también se negaron a movilizarse. En Melitópol los padres bloquearon a la unidad militar e impidieron el envío de sus hijos a la zona del conflicto. Una situación parecida se vio también en Ivano-Frankovsk.
Esa oposición la aprovechan los ciudadanos con ideología de extrema derecha o con antecedentes penales. Debido a la falta de interés de muchos por sumarse a las filas ahora ya no les ponen ninguna traba para ingresar en el Ejército, una situación que solo podría aumentar el derramamiento de sangre, según analistas. "El permiso de radicalizar el Ejército desembocaría en un conflicto mucho más violento, mucho más sangriento", advierte Orlando Pérez, director del diario ecuatoriano 'El Telégrafo'.
rt.
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