miércoles, 2 de julio de 2014

Me matan los celos

Alejandra Moreno /
“Los celos son la patología de la incertidumbre” Rafael Manrique. Confianza la palabra viene de tener fe. Freud dice que lo que llamamos celos esconde realmente otras emociones, son como un concepto sombrilla que esconde varios sentimientos y cada quién los siente por diferentes razones. Nadie es super seguro, nadie tiene una autoestima intacta. En las columnas que sostienen nuestra sociedad conservadora nos enseñan que la pareja reproductiva es lo importante, que el placer es malo. Para sostenerlas hay que evitar el placer con la culpa, y para conservar la monogamia nos enseñan los celos. Generalmente provienen de sentir que algo o alguien es mío, lo que asociamos con la propiedad privada. Nacen de una cultura en la que se nos hace creer que amar es poseer a la persona en todas las áreas de su vida, queremos ser dueños de su cuerpo, su pensamiento y Michel Foucault añadiría de sus placeres y del uso de sus placeres, Foucault también dice que el amor cristiano convierte a la pareja en policía del otro. Freud agregaba que a veces lo que llamamos celos esconde paranoia, “¡Me va a dejar!” “¡Me va a cambiar!”. Algunas veces los celos son envidia son ganas de hacer lo que tu hiciste. Tal vez yo me vengo aguantando, yo estoy cumpliendo el acuerdo que teníamos de monogamia y tu vienes rómpelo y rómpelo y rómpelo y ¡¿yo que?! Tengo ganas de hacer lo mismo. Hay gente que es celosa no solo de algo sexual también de la diversión ajena, “¿Por qué disfrutaste ir al cine sin mí? ¿Por qué disfrutaste sin mí tomando un café? Por qué estás tan contento si yo no te lo provoque? ” La burra no era arisca Los celos también a veces tienen un componente de realidad. Muchas veces los celos no son alucinaciones, el otro puede estar haciendo o diciendo algo que nos los detonen. Vivimos en una sociedad hipócrita en la que la mayoría tiene una doble moral y muchos una doble, triple o cuádruple vida… dependiendo de su suerte, tiempo y dinero. Si viviéramos en una sociedad en la que las cosas se hablaran de frente y las personas fuéramos siempre honestas no existirían los celos. Valdría la pena hablar del tema con la pareja, establecer acuerdos. El otro puede decir yo quiero una relación monógama, y tal vez yo responda ok, yo no puedo ser sexualmente monógama, te informo y entonces le estoy diciendo a mi pareja que tiene que estar consiente que sexualmente yo necesito de vez en cuando alternar con más gente y ya será decisión del otro si le parece bien o no. Las mujeres particularmente, por imposición cultural muchas veces pensamos que lo peor que nos puede pasar es que un hombre nos ponga los cuernos, cosa que nace de la estúpida idea de que lo mejor que nos puede pasar en la vida es que un hombre nos ame, creyendo que eso nos va a cargar de valor. La idea de que uno se empodera a partir de que un hombre te ama, o que se empodera a partir de que el cuate te es fiel, y NO es así. El poder, la seguridad, el valor de ser una chava es personal y se encuentra en otros lados. Se encuentra en los amigos, en la chamba, en tus intereses y la cereza del pastel puede ser tener una pareja. Es a toda madre tener una pareja, es delicioso estar enamorado, es rico gustarle a alguien, pero entendiendo que es un elemento más de la vida. El celado Algunas veces el otro se vuelve cómplice de la persecución dejándose controlar. Los celos generalmente son un juego de dos. Juegos inconscientes que la otra persona puede rechazar si le parecen violentos o las puede aceptar en esta lógica de que están cuidando el amor .Es una emoción humana pero también es reflejo de las relaciones de poder en las que nos vemos metidos todos en todos lados. En lo público y en lo privado vivimos dentro de relaciones de poder, los celos son un ejercicio de poder más que de amor. ¿Quién puede más? ¿Quién es más poderoso? ¿Quién manda? ¿Quién decide cómo te vistes? ¿a dónde vas? ¿Con quien hablas? ¿Que se hace? ¿como se hace? ¿que se piensa?. Estos mecanismos de control que restan libertad pero que pueden resultar seductores, porque al final también el tener a un controlador te resuelve algunas cosas en la vida, esa persona te va a decir que puedes hacer, a donde puedes ir, como te puedes vestir, que debes de pensar, opinar ,en donde y con quien te debes divertir etc. .Si tu estas muy amolado, si estás muy deprimido ,frustrado o desvitalizado y viene alguien a apoderarse de ti y a decirte en quién te tienes que convertir puede resultar seductor al inicio pero al pasar del tiempo se convierte en una completa anulación del yo ,una anulación de la individualidad, hasta volverse algo infernal. ¿Cómo me quito los celos? El primer paso es observarme y sentir que siento celos, el segundo es decidir qué hago con esos celos .Poco hemos entendido que como decía Octavio Paz “Amar es sobretodo amar la libertad del otro” es más, amar más la libertad del otro que al otro, cosa que es muy fuerte, por que amar al otro con esa libertad que tiene de ser quién le dé la gana es algo absolutamente radical y creo que es algo que nos cuesta mucho trabajo entender. No amamos nuestra propia libertad .Si no soy capaz de asumir y disfrutar mi propia libertad y ejercerla no puedo entender que el otro también tenga esa necesidad. En el momento que yo tengo una vida plena no tengo que estar vigilando como es la vida del otro. En la medida que uno trabaja con uno mismo ,puede conseguir certeza, pero una distinta, una que sea mucho menos dependiente que sea más autónoma, tiene que ver con aceptar que todo puede pasar, que esta persona que tú puedes hoy adorar y ella a ti puede en 3 años sentir desamor e irse, o tú. Tomar consiente la decisión de que estar solo no me va a hacer infeliz, eso me permite soltar a la otra persona. ”Es que voy a sentir feo”, a lo que yo respondería ¿y qué?; Es como decir que en la música solo queremos que existan sonidos y no silencios. Quien sabe de música sabe que los silencios también se escriben, si en la música se cambian los silencios se cambia la melodía. Si yo no quiero sentir mis silencios, mis vacíos, diría Carl Jung mi sombra, mi lado oscuro, lo que me avergüenza de mí, si solo quiero sentir lo bonito, lo cómodo estoy rechazando la mitad de mi. También los vacíos se sienten y no pasa nada incluso de ese vacío puede surgir la creatividad, el impulso para moverme. Si yo no quiero sentir la música que viene de esos vacíos, de esa soledad entonces no va a salir la combinación de esos vacíos con lo bonito que existe en mí. Ten una vida lo suficientemente divertida como para que no te de coraje que él o la otra la pueda tener. Si no me alegra su placer no es amor, es mi codependencia. Cuestiona tus creencias .Siempre va a ver alguien que le pase a tu pareja y le parezca más guapa o guapo que tú, ni modo. No somos los más guapos del planeta ¿qué le vamos a hacer? ¿Vamos a estarle cuidando los ojos, el cuello, el pecho? y mejor ni le sigo… Valdría la pena replantearnos que espero del otro en relación al caminar juntos .Si lo que yo espero del otro es que no goce más que conmigo, no se divierta, no disfrute nada más que a mi lado, no le guste nadie más que yo, estoy tratando de meter la realidad en el cuento de hadas que me enseñaron desde la infancia, y voy a sufrir mucho. Asumir que yo soy el responsable de mi felicidad, pero no como una meta, no “El día que me sea fiel voy a ser feliz” “el día que ya tenga confianza voy a ser feliz”. La felicidad es una forma de caminar con todo, con todo y tristezas, con todo y falta de confianza, yo decido ser feliz no voy a esperar que me hagan feliz.

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