domingo, 31 de agosto de 2014

Once países en el mundo, en la bancarrota por crisis y deudas

Mario D. Camarillo Cortés | La elevada inflación, una creciente deuda de las finanzas públicas, fuga de los capitales necesarios para la inversión privada y pública, escasez de alimentos, a lo que se suma la imposibilidad de pagar compromisos crediticios adquiridos, tienen a 11 países del mundo dentro de los niveles de la bancarrota, entre los que destaca Venezuela, Cuba, Argentina, Grecia, Ucrania y Egipto. Las posibles causas de la quiebra de una nación pueden variar y entre ellas podrían estar los conflictos armados, como en los casos de Ucrania, Pakistán y lo que vivió en fechas recientes Egipto, así como también una mala gestión financiera del gobierno, como en Venezuela. De acuerdo con información del periódico alemán Der Spiegel, el significado de que una nación se declare financieramente insolvente no es nuevo, y como ejemplo está Alemania, que se declaró en bancarrota dos veces, una en 1923 después de la Primera Guerra Mundial y otra después de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Asimismo, Rusia también se declaró en quiebra en 1998, debido a la enorme deuda pública instigada por la crisis asiática de 1997. Le siguió Argentina en 2001 (por pagos no cumplidos con acreedores). En 2008, Islandia se convirtió en el primer país en caer víctima de la más reciente crisis financiera tras el colapso del mercado inmobiliario de Estados Unidos. COLAPSO. En 2008 cuando varias naciones de la zona euro declararon de manera formal que entraban en una severa crisis económica por deudas contraídas, a la fecha sólo Grecia y Chipre mantienen la categoría de insolventes, ya que otras naciones como España, Portugal e Italia, que estaban con problemas en su economía, lograron acuerdos importantes para ir liquidando parte de sus compromisos. POTENCIA. Sin embargo, los problemas financieros afectan también a países que no han logrado dirigir con propiedad o bajo un estricto esquema su sistema financiero, esto, de acuerdo con su ideología política, como es el caso de Venezuela, considerada aún como una de las diez potencias petroleras del mundo, pero que desde hace tres años enfrenta graves problemas en su economía, con una inflación a la alza, con el desplome de sus reservas internacionales que cayeron a 27 mil 594 millones de dólares en mayo pasado, cuando en 2009 registraba 35 mil millones de dólares. La recesión que enfrenta el gobierno del presidente Nicolás Maduro se agrava con la falta de liquidez para el pago de importaciones comerciales a varios de sus socios, entre ellos Colombia, país que desde principios de 2014 dejó de surtir mercancías ante la falta de pagos, toda vez que la deuda acumulada rebasa ya los 800 millones de dólares. A esto hay que agregar que al no haber garantía de estabilidad financiera, muchas empresas han decido cerrar y emigrar a otras naciones, y es que a decir del presidente de Fedecámaras (Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela), Noel Álvarez, de 13 mil 400 grandes empresas que había en 1998 en el país, ya sólo hay 7 mil 400. Según Moody’s, Venezuela enfrenta un adeudo del 51.5 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) AÑEJO. Otro caso es el de Argentina, cuyo conflicto se originó cuando reestructuró en dos canjes en 2005 y 2010, el 93 por ciento de su deuda en suspensión de pagos desde 2001, tras la renuncia del presidente Fernando de la Rúa y en medio de una crisis económica, lo que derivó en que el país se declarara en default financiero. El pago a estos fondos en canje por bonos encaminó en una quiebra de Argentina, porque como refirió el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, los acreedores que no aceptaron los canjes podrían demandar 15 mil millones de dólares, lo que representa la mitad de las reservas del país. A esto se suma el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos el pasado 22 de julio, en favor de los fondos especulativos (“fondos buitre”), que exigen el pago total de mil 300 millones de dólares del gobierno de Cristina Fernández, al no haber sido tomados en cuenta en la negociación inicial de pago a acreedores, por lo que Buenos Aires está nuevamente al borde de un nuevo cese de pagos como en 2001. DÉCADAS. Sobre Cuba, especialistas económicos no le dan mucha vuelta al caso y consideran a La Habana en bancarrota desde hace décadas, ya que no hay producción para el efectivo desarrollo social, ya que en la isla hay fábricas paralizadas que no generan ninguna ganancia, predominan las amenazas constantes de apagones eléctricos y la falta de productos básicos, esto debido a la fuerte depresión internacional y al embargo estadunidense que rige sobre Cuba. El caso Bélice es particular, ya que esta nación centroamericana además de deudas atrasadas no canceló un bono soberano de 23 millones de dólares que venció el pasado 25 de agosto, lo que la coloca con más problemas. El gobierno beliceño busca renegociar la deuda pública mientras batalla con una fuerte crisis de proyectos de infraestructura y la reciente nacionalización de empresas. El país enfrenta una deuda del 80.4 por ciento respecto a su PIB. CORRUPCIÓN. Jamaica, afectada por una grave corrupción gubernamental, una mala administración de los recursos y una inseguridad galopante que afecta la calidad de vida de los ciudadanos, está al borde de la bancarrota, con una deuda del 133.7 por ciento respecto a su PIB. De acuerdo con especialistas, es tan grave la situación en Jamaica, que por cada dólar generado, 55 centavos se dedican a pagar la deuda; 25 centavos a pagar salarios y 20 centavos se destinan a servicios esenciales como educación, seguridad y salud. EURO. El caso de Grecia es importante, ya que desde que recibió el golpe letal de no ver una salida al pago de su deuda, como consecuencia de la crisis económica del 2008 en la eurozona, el gobierno heleno se declaró en bancarrota tras haber aceptado sus acreedores privados el impago del 50 por ciento de su deuda, y de requerir de la utilización de fondos de rescate (por más de 10 mil millones de dólares) que comenzará a liquidar hasta dentro de 30 años. La situación de Chipre es similar a la griega y derivado de la misma crisis, tras un acuerdo del Eurogrupo con el gobierno chipriota para una ampliar el pago de su deuda, se acordó la reestructuración bancaria a cambio de un rescate por más de 13 mil millones de dólares. Dada la situación, la calificadora Fitch degradó al Banco Popular a la categoría más baja, “D” (“default”, bancarrota), y a la categoría RD (“restricted default”, bancarrota limitada) al Banco de Chipre. KIEV. Otra nación en dificultades es Ucrania, que pese a ser un país rico en materias primas como el mineral de hierro, magnesio, manganeso, níquel y mercurio, y ser uno de los mayores exportadores de cereales del mundo, está sumido en un conflicto bélico en el este del país desde principios del 2014, lo que se suma a que su moneda perdió más del 10 por ciento de su valor contra el euro y sus reservas internacionales se agotan rápidamente. En consecuencia, su deuda pública se disparó, ya que buena parte de los préstamos concedidos fueron en moneda extranjera. Esta situación llevó al ex mandatario ucraniano Viktor Yanukovich a rechazar el acuerdo de asociación con la Unión Europea en 2013, y en lugar de ello aceptó un préstamo multimillonario de Moscú, lo que ahora tiene en jaque al actual mandatario ucraniano Petró Porochenko. CONFLICTOS. Egipto es un caso aparte, ya que tres años después de la revolución en la plaza de Tahrir, en El Cairo (enero de 2011), los egipcios viven una situación difícil económicamente, y es que después meses de enfrentamientos, el turismo y las inversiones extranjeras se alejaron. Aunque el nuevo gobierno militar da garantías para la inversión, la entrada de dinero llega a cuenta gotas, lo que tiene al gobierno egipcio al borde de la quiebra financiera con una deuda del 91.3 por ciento respecto a su PIB. Capitulo semejante enfrenta Pakistán, que inmerso en conflicto bélicos internos, y con una pobre inversión extranjera tiene una deuda del 63.7 por ciento respecto a su PIB. Otra nación con calificativo de estar cerca de la bancarrota es Ecuador, con un 24.8 por ciento de deuda con respecto a su PIB.

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