Ante la retórica insistente y creativa del chico de 15 años, difícilmente se resisten los clientes a comprarle dos órdenes de tres empanadas cada una. El joven en realidad les tuvo que hacer un estudio de Mercadotecnia para hacerles entender a los pasantes que les convenía comprar más de una empanada para probar.
“Si ustedes no me compran empanadas tendrían que esperar otras 86 mil 400 segundos, que son los que conforman 24 horas de hoy a mañana pensando en por qué no consumieron una empanada”, aseguró. Y agregó que si la calidad de la empanada no era lo sufucientemente buena para satisfacer las necesidades de sus dos paladares, habría la devolución total e inmediata de su dinero, frente a la cámara que le grababa.
Ha sido tanta la fama de este muchacho, que el gran conferencista internacional Jürgen Klaric lo está buscando para prepararlo y becarlo.
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