lunes, 11 de diciembre de 2017

Desafiante escenario electoral presenta Naucalpan

• Más allá del proceso federal, lo que aquí está en juego, es “el blindaje político y la apuesta por ganar impunidad”.

Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 10 de diciembre del 2017.- En el 2018, de esa elección concurrente a la Presidencia de la República y la Renovación Local, el suicidio es el ir solo a la competencia.
En este tiempo de todo tipo de alianzas o coaliciones electorales, el individualismo trae pocos resultados y sobre todo para aquellos partidos emergentes condenados a la pérdida del registro.
Sin embargo, la idea asumirse competitivos y en estos momentos para bien, los escenarios han venido variando.
En este “Naucalpan de la Alternancia”, claro que prevalecen figuras indescartables, pero también, “grupos de poder” que pueden de manera súbita, cambiar la realidad de las cosas.
Hoy, el municipio empieza a tener números visos de una elección complicadísima al menos en la renovación del ayuntamiento, por lo que se “juega”.
Es real, que éste proceso no es igual al del primer semestre de 2017, y no son menores las diferencias irreconciliables entre esos connotados precisamente “grupos de poder partidista”.
El tema, que muchos de ellos decirlo como es, “tienen metidas las manos”, en estas entidades públicas, para el logro de objetivos, en una especie de blindaje político y ganar impunidad.
Saberse, quiénes están detrás de las postulaciones aquí en Naucalpan, lo mismo en morena, que el PRI, y los otros.
Esa es la diferencia, esa es la verdadera elección, al margen de los comicios federales, en el que los intereses son completamente mayores.
De lo anterior, la deducción mínima cuya gran capacidad es posible, de definir la continuidad o la de nueva cuenta alternancia.
Por otra parte, mirar el reacomodo que se estima de las también y equivalentes “élites de poder”, dispuestas a hacer lo que tengan que hacer, a efecto de “salvar el pellejo”.
A ello, unos más y otros menos que en los años continúan “manipulando elecciones, comprando lealtades y adquiriendo candidaturas de la “chiquillada o de los grandes e históricos partidos políticos”.

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