La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) recibió en 2015 más de 253 millones de pesos para construir y ampliar espacios en los campus de Lerma, Cuajimalpa e Iztapalapa; pero las obras no se llevaron a cabo.
Tras las crisis fiancieras en distintas universidades, la UAM rechazó devolver los recursos porque una vez entregados, afirma, son parte de su patrimonio y tiene la facultad de administrar la bolsa como defina.
La Fiscalización Superior de la Cuenta Pública informó que “se presume un probable daño o perjuicio o ambos a la hacienda pública federal por un monto de 253 millones 99 mil 912 pesos, más los rendimientos financieros generados desde la fecha de recepción de los recursos federales por parte de la entidad fiscalizada, hasta la reintegración a la Tesorería de la Federación”.
La Auditoría Superior De La Federación (ASF) concluyó que “la UAM no acreditó documentalmente los compromisos adquiridos durante el ejercicio de 2015 para dichas unidades, ni la comprobación del gasto reportado como pagado en la Cuenta Pública 2015, ni el destino de los recursos aprobados y entregados”.
La ASF solicitó una promoción de responsabilidad administrativa sancionatoria ante el Colegio Académico de la UAM, para que realizara las investigaciones correspondientes, por actos u omisiones de los servidores públicos.
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