• Este 12 de diciembre tenemos Fiesta Nacional. Más de 8 millones de peregrinos se esperan en la Basílica.
Por Mario Ruiz Hernández
VALLE DE MÉXICO, a 12 de diciembre del 2017.- La más grande celebración religiosa del país e incluso de nuestra América, refrenda año con año la fe católica entorno a la “Madre de México”, La Virgen de Guadalupe.
Desde memorables acontecimientos, hasta estos días, millones de personas de cualquier lugar, muestran esa gran devoción, y no importa el clima, el tiempo, las distancias para ese tributo.
El peregrinar por todas partes de la República, rumbo a la Basílica, al mágico templo Mariano, en el que se mezclan un elevado misticismo y un océano de vida y gracia, es impresionante.
El Tepeyac es el santuario más concurrido del mundo, superando en visitas a Lourdes y Fátima.
Cada año 20 millones de fieles se acercan a la venerada imagen para expresar a “la Madre del Cielo” el testimonio de cariño y veneración.
Es común la noche de la víspera, el ver pasar a la gente rumbo a aquel centro de profunda devoción; en las casas, en los centros de trabajo; no falta un cuadro, un retablo, un motivo de “La Guadalupana”.
Hay una y miles de historias que contar, el relato del Nican Mopohua que significa “Aquí se narra” o “Aquí se relata”, es el manuscrito más antiguo en el que se cuenta, en idioma náhuatl, la aparición de la virgen de Guadalupe al indio Juan Diego.
Cada 12 de diciembre en nuestro país se festeja a la virgen morena, la virgen de nuestra raza.
Es una festividad que cuenta acorde a la leyenda del manuscrito, un 9 de diciembre 1531 hizo una aparición frente al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac ubicado al norte de la Ciudad de México.
La santificada imagen se encuentra en la actual Basílica de Guadalupe siendo prueba fehaciente del milagro. Una historia que todo mexicano sabe desde la niñez.
A la madre de los dioses Aztecas que llamaban Tonantzin, a la cual le hacían muchos sacrificios; venían hombres y mujeres de todas las comarcas decían “vamos a la fiesta de Tonantzin”.
La religión azteca contaba con un misterioso sincretismo que los investigadores no han podido resolver: la mutación de tonantzin en diferentes nombres pero con mismo significado.
Así bien, consideraban a Tonantzin, Coatlicue, Cihuacóatl o Tetéoinan como “la madre divina” o “la de falda de serpientes”.
Algunos antropólogos creen que bajo el nombre de “Cihuacóatl “La Mujer Serpiente”, también fungía como protectora de las mujeres.
En torno a la imagen, hay cientos de misterios, divinidades, astrología. “La Virgen en cinta”, sus ojos. “La Virgen es también energía que transforma todo, y su finalidad es purificar e iluminar, y perdonar al prójimo, al igual y/o al otro.
VALLE DE MÉXICO, a 12 de diciembre del 2017.- La más grande celebración religiosa del país e incluso de nuestra América, refrenda año con año la fe católica entorno a la “Madre de México”, La Virgen de Guadalupe.
Desde memorables acontecimientos, hasta estos días, millones de personas de cualquier lugar, muestran esa gran devoción, y no importa el clima, el tiempo, las distancias para ese tributo.
El peregrinar por todas partes de la República, rumbo a la Basílica, al mágico templo Mariano, en el que se mezclan un elevado misticismo y un océano de vida y gracia, es impresionante.
El Tepeyac es el santuario más concurrido del mundo, superando en visitas a Lourdes y Fátima.
Cada año 20 millones de fieles se acercan a la venerada imagen para expresar a “la Madre del Cielo” el testimonio de cariño y veneración.
Es común la noche de la víspera, el ver pasar a la gente rumbo a aquel centro de profunda devoción; en las casas, en los centros de trabajo; no falta un cuadro, un retablo, un motivo de “La Guadalupana”.
Hay una y miles de historias que contar, el relato del Nican Mopohua que significa “Aquí se narra” o “Aquí se relata”, es el manuscrito más antiguo en el que se cuenta, en idioma náhuatl, la aparición de la virgen de Guadalupe al indio Juan Diego.
Cada 12 de diciembre en nuestro país se festeja a la virgen morena, la virgen de nuestra raza.
Es una festividad que cuenta acorde a la leyenda del manuscrito, un 9 de diciembre 1531 hizo una aparición frente al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac ubicado al norte de la Ciudad de México.
La santificada imagen se encuentra en la actual Basílica de Guadalupe siendo prueba fehaciente del milagro. Una historia que todo mexicano sabe desde la niñez.
A la madre de los dioses Aztecas que llamaban Tonantzin, a la cual le hacían muchos sacrificios; venían hombres y mujeres de todas las comarcas decían “vamos a la fiesta de Tonantzin”.
La religión azteca contaba con un misterioso sincretismo que los investigadores no han podido resolver: la mutación de tonantzin en diferentes nombres pero con mismo significado.
Así bien, consideraban a Tonantzin, Coatlicue, Cihuacóatl o Tetéoinan como “la madre divina” o “la de falda de serpientes”.
Algunos antropólogos creen que bajo el nombre de “Cihuacóatl “La Mujer Serpiente”, también fungía como protectora de las mujeres.
En torno a la imagen, hay cientos de misterios, divinidades, astrología. “La Virgen en cinta”, sus ojos. “La Virgen es también energía que transforma todo, y su finalidad es purificar e iluminar, y perdonar al prójimo, al igual y/o al otro.
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