viernes, 12 de octubre de 2018

Memorable la Olimpiada del 68, a 50 años de distancia

• Un día como hoy, 12 de octubre, México vibró en la más importante justa deportiva Internacional.

Por Mario Ruiz Hernández
VALLE DE MÉXICO., a 12 de octubre del 2018.- Al cumplir los 50 Años de las Olimpiadas del 68 en México, cabe la reflexión de todo aquello que nos ubicó en el concierto Internacional Deportivo.
Más allá todavía del contexto histórico en el que se llevaron a cabo los Juegos Olímpicos, el momento y el instante, en el que de alguna manera se puedo medio superar el 2 del 68.
Asistimos a una justa, enmedio de la tragedia estudiantil que enlutó al país, pero también logramos trascender a un nivel inusitado del verdadero espíritu justamente Olímpico, de la convivencia deportiva en paz y armonía muy lejos de Múnich 72 y Moscú 80.
Hace cinco décadas la Ciudad de México recibió a 5 mil 516 deportistas de 112 países en la primera edición olímpica en un país hispanohablante y en una nación en vías de desarrollo.
Inauguración
El 12 de octubre de 1968, miles de personas se dieron cita en la Inauguración de los Juegos Olímpicos, en Estadio Olímpico Universitario para presenciar la ceremonia.
El público se estremeció cuando una fanfarria de cuarenta trompetas se escuchó, después el Himno Nacional Mexicano comenzó a entonarse.
Un enorme globo de los cinco aros olímpicos comenzó a elevarse por las alturas hasta perderse en las montañas.
La bandera Olímpica fue izada con la pieza Japonesa “Sakura”, al final de ésta, entró al estadio la bandera oficial bordada en seda, la cual estaba escoltada por cadetes de la Academia Naval Mexicana y provenía de las manos del Alcalde de Tokio.
En verdad, fue una extraordinaria fiesta deportiva que unió al Mundo Entero en nuestro país, al igual que a los Mexicanos que en todo momento dimos muestras de solidaridad.
México, vivió con pasión la fiesta del Olimpismo en todas partes, no sólo en el deporte, en el arte y la cultura, en la que la arquitectura floreció como nunca antes.
Así también, fue organizada una Olimpiada Cultural Ruta de la Amistad en la que México mostró sus tesoros artísticos y culturales; los países invitados realizaron igualmente presentaciones culturales de todo tipo
La mascota de la Olimpiada fue la paloma de la paz y el lema de los juegos decía: "ofrecemos y deseamos la paz a todos los pueblos de la Tierra".
Acogimos a los deportistas nacionales e Internacionales, muchos se enamoraron de la gimnasta Checa, Vera Caslavská, quien se casó en la catedral Metropolitana.
Nos identificamos con Felipe “El Tibio Muñoz, en natación, el sargento José Pedraza, en caminata; con Agustín Zaragoza, Ricardo Delgado, Antonio Roldán y Joaquín Rocha en boxeo.
Asimismo, Teresa Ramírez en Natación, Álvaro Galaxia en clavados y Pilar Roldán en Esgrima, aquí se rompieron las marcas en diversas disciplinas deportivas.
En los juegos de México 1968 se rompieron 23 récords olímpicos, pero uno de los más memorables fue el del corredor de velocidad estadounidense James Hines.
Llegó a la final de los 100 metros planos a los 22 años e hizo historia al ser el primer hombre en lograr un registro oficial de menos de 10 segundos (9"95) en unos Juegos Olímpicos.
El estadounidense James Hines fue el primer corredor en romper la barrera de los 10 segundos en los 100 metros planos en unos Juegos Olímpicos.
Otro deportista que usó el hándicap de la altura a su favor fue el estadounidense Bob Beamon; el hombre de 22 años llegaba como el favorito para la prueba del salto de longitud, y no solo no defraudó a sus seguidores sino que impuso el récord de 8,90 metros en su salto.
El estadounidense Bob Beamon ganó el oro en el salto de longitud con su intento de 8,90 metros, marca que todavía permanece como récord olímpico.
Como el mismo Beamon explicó, tardó más de 15 minutos en entender lo que acababa de hacer, pues entre lo que demoraron los jueces en validar el salto y su desconocimiento del sistema métrico no le dejaban claro cuál era su marca.
Finalmente se dio cuenta que había superado el récord anterior por casi medio metro y fue tanta su euforia que lo llevó a caer sobre sus rodillas sobre la pista.
Su marca perduró 22 años como récord mundial y todavía no ha podido ser superada en unas olimpiadas.

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