• La oferta, apostar por el arte y la música para superar la violencia en los territorios de urgente intervención aquí en el municipio, en nuestras aldeas y favelas, despertando la conciencia colectiva.
Por Mario Ruiz Hernández
Naucalpan Méx. agosto del 2022. –Es importante en Naucalpan,
recuperar y volver a transmitir nuestros valores cívicos y culturales para
contribuir a la reconstrucción del tejido social.
Desde hace tiempo, la instrumentación de políticas públicas
en la materia, no han sucedido, ni mucho menos el intentar algo distinto que
mueva la conciencia colectiva en este orden.
Los daños al patrimonio artístico y cultural son notorios, y
el abandono de nuestros monumentos arqueológicos es tan real como sus daños en
las estructuras y ejemplos son claros en “Los Arcos y Sifones de los Remedios”,
entre otros, como el Puente Coamilco y la fuente Tlacuilos.
Pero más que eso, el incidir con el gran colectivo que
acecha, en apostar en la promoción de la cultura popular, el darle el lugar que
merecen las colonias emergentes y trabajar en indistintos proyectos.
Asimismo, y que no sea lejana la idea, el cambiar la
orientación de las Fiestas Patronales en el municipio, que no sean más las
grandes “cantinotas”, y la discordia de representantes vecinales.
Lo anterior, y presumiblemente por los recursos que se
administran en la feria, en los bailes populares, entre otros apoyos en
donación en especie y económicas de distintas figuras públicas y privadas.
Por otra parte, la visión de la Festividad en el ambiente
religioso y social, con la colaboración de los vecinos de la colonia y de sus
parroquias y sus pastorales.
En ese contexto, abrir también la Festividad a la
participación de los avecindados, de los grupos sociales que se asientan en las
comunidades de otros estados de la república.
El lograr la coordinación y el hermanamiento en el folclore,
la música, el arte, la gastronomía, artesanías y entre otras líneas de acción,
en sus tradiciones ancestrales.
De igual forma, en la promoción de los valores cívicos, en
el respeto, la solidaridad, en el principio de subsidiariedad y la cooperación.
Aunado a ello, el trabajar de acuerdo a sus ideas y costumbres,
sin que, para nada y nada, se sientan que puedan asistir cosas impuestas, y
mejor dar salida a lo que tienen.
En tal marco, contribuir a fortalecer sus manifestaciones
artísticas, en la música, sobre todo, en Reggaetón, Rap, Hip Hop, Trap y pop
urbano.
Reconocer además otros ritmos, el sonido callejero, la
salsa, la cumbia, el rock de los años 60, o el moderno.
El arte y la música para superar la violencia en los
territorios de urgente intervención aquí en Naucalpan, en nuestras aldeas y
favelas, despertando la conciencia con letras de canciones en las que
reivindica a cada uno de los barrios deprimidos.
Muchos analistas políticos y sociólogos creen que la música
puede ayudar a recuperar vidas y espacios, que el discurso y ejemplo pueden
"incentivar a los muchachos a rescatar los valores".
Para bastantes jóvenes, el rap es una vía para expresar su
frustración con la violencia que impregna su vida.
Cabe resaltar que muchos adolescentes participan en batallas
de rap para gestionar el estrés que les produce la violencia, otros lo hacen
aprendiendo a tocar un instrumento musical, bailando salsa.
Pero falta, más que la despensa o “las becas a ninis”, crear
arte o intentar ayudar a los más desfavorecidos con actividades como cocinar,
talleres de poesía, pintura y tanta cosa.
Lo importante es intentarlo, en diseñar la agenda de trabajo y salir a las comunidades auxiliados de los representantes vecinales y abrir toda posibilidad al cambio de estatus.
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