El diputado Raymundo Atanacio Luna, del PT, propuso una
iniciativa, cuyo objetivo es facultar al Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) para llevar a cabo, al cierre de cada ejercicio fiscal,
inventarios físicos nacionales y extranjeros de los bienes arqueológicos,
históricos y paleontológicos propiedad de la nación.
Estos inventarios, que se realizarán en coordinación con las
32 entidades federativas y la Secretaría de Relaciones Exteriores, deberán
contener información general según la clasificación del bien, el lugar en el
que se encuentren situados, así como el estado que guardan.
La iniciativa, que adiciona una fracción XXII al artículo 2
de la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Historia, turnada a
la Comisión de Cultura y Cinematografía, menciona que en los últimos años el
INAH tuvo conocimiento de más de un centenar de subastas y venta de bienes
arqueológicos que fueron sustraídos ilegalmente de México.
Dichas piezas, que son parte del patrimonio histórico de
nuestro país, se encuentran denunciadas en su totalidad ante la Fiscalía
General de la República, y desde 2018 comenzó la misión de rescate de distintos
bienes arqueológicos e históricos que pertenecen a la nación, pero que están en
el extranjero, agrega.
Considera que es imprescindible llevar a cabo periódicamente
la práctica de inventarios físicos, nacionales y extranjeros de los bienes
muebles e inmuebles arqueológicos, históricos y paleontológicos propiedad de la
nación, con el objetivo de contrarrestar los delitos de robo, saqueo y tráfico.
Destaca que México cuenta con infinidad de bienes muebles e
inmuebles por destino, los cuales forman parte importante de nuestro patrimonio
cultural, de conformidad con la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos,
Artísticos e Históricos.
Estos bienes, explica, son monumentos que están clasificados
como arqueológicos e históricos, además de los paleontológicos, muchos de ellos
albergados en zonas arqueológicas o en recintos de carácter religioso, como
templos, monasterios, conventos, capillas, arzobispados, casas culturales,
seminarios, o bien en museos, archivos y bibliotecas.
Se trata, en suma, de bienes culturales de la nación, cuya protección se lleva a cabo a través de los Institutos Nacionales de Antropología e Historia y de Bellas Artes y Literatura, así como de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, dependientes del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, puntualiza.
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