martes, 25 de febrero de 2014
Cuidado con las mordeduras de gato
Bertha Sola/Mayo Clinic |
Las personas tienden a no prestar mucha atención a las mordeduras de gato
Los perros no son las únicas mascotas que muerden a veces las manos que los alimentan, sino que los gatos también lo hacen y con ello, pueden inyectar bacterias en lo profundo de las articulaciones, creando el ambiente perfecto para las infecciones. Las mordeduras de gato en las manos son tan peligrosas que 1 de cada 3 pacientes que sufre esas lesiones necesita hospitalizarse, revela un estudio de Mayo Clinic de tres años de duración. Dos tercios de los pacientes hospitalizados necesitaron cirugía y las mujeres de mediana edad fueron las víctimas más comunes, dice la investigación publicada en la Revista de Cirugía de Mano.
¿Por qué son tan peligrosas las mordeduras de gato en las manos? No es porque los gatos tengan más microbios en la boca que los perros, o incluso que las mismas personas, sino que todo radica en los colmillos.
“Los dientes de los perros son menos afilados, no tienden a penetrar tan profundo y suelen dejar una herida más grande cuando muerden. Los dientes de los gatos, en cambio, son filosos y pueden penetrar muy hondo, plantando bacterias en las articulaciones y vainas tendinosas”, comenta el autor experto del estudio, Dr, Brian Carlsen, cirujano plástico y ortopédico para mano en Mayo Clinic.
“Puede tratarse de una mordedura que apenas parece una picadura de alfiler la que causa un verdadero problema porque las bacterias ingresan en la vaina tendinosa o en la articulación, donde pueden crecer con relativa protección de la sangre y sistema inmunológico”, añade el Dr. Carlsen.
Las bacterias inyectadas a través de la mordedura de gato pueden incluir una cepa común en los animales, pero particularmente difícil de combatir con antibióticos, explica.
En el estudio, los científicos identificaron a 193 pacientes de Mayo Clinic con mordeduras de gato en la mano, entre el 1 de enero de 2009 hasta el año 2011. De ellos, 57 fueron hospitalizados, con un promedio de internamiento en el hospital de tres días. De los pacientes hospitalizados, 38 necesitaron irrigación quirúrgica de las heridas, o lavados, además de la extracción del tejido infectado, procedimiento conocido como desbridamiento. Ocho pacientes necesitaron más de una operación, y algunos requirieron cirugía reconstructiva.
De los 193 pacientes, 69 por ciento fueron mujeres y la edad promedio fue de 49 años. Alrededor del 50 por ciento de los pacientes acudió primero a la sala de emergencia y el resto, a atención primaria. El tiempo promedio entre el momento de la mordedura y recibir atención médica fue de 27 horas. El estudio descubrió que los pacientes con mordeduras directamente sobre las muñecas o cualquier otra articulación de la mano tenían más riesgo de requerir internamiento en el hospital que las personas con mordeduras sobre el tejido blando.
Treinta y seis de los 193 pacientes fueron hospitalizados inmediatamente después de presentarse a recibir atención médica, mientras que 154 recibieron tratamiento ambulatorio con antibióticos orales, y tres no recibieron ningún tratamiento. El tratamiento ambulatorio con antibióticos no surtió efecto en 21 pacientes, lo que representa una tasa de fracaso de 14 por ciento, y requirieron hospitalización.
El punto clave de esto es que los médicos y las víctimas de mordeduras de gato en la mano necesitan tomar la situación con seriedad y evaluar cuidadosamente las heridas, dice el Dr. Carlsen. Él y los demás investigadores opinan que cuando los pacientes tienen inflamada la piel y presentan hinchazón, es preciso administrarles un tratamiento agresivo.
Las personas tienden a no prestar mucha atención a las mordeduras de gato, debido en parte, a que generalmente lucen como una picadura de alfiler, mientras que las mordeduras caninas tienen una apariencia mucho peor, acota el Dr. Carlsen.
Sin embargo, ese precisamente es el problema: “las mordeduras de gato lucen muy benignas, pero según sabemos y lo demostró el estudio, no lo son y pueden ser muy graves”, finaliza.
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