viernes, 28 de marzo de 2014
Envejecer en México: sin trabajo y sin pensiones
Carlos Bauer
En lugar de aumentar medidas urgentes para la población mayor en DF, como don Antonio, el gobierno capitalino invertirá en llevarlos gratis al cine.
El lunes 24, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dio a conocer el Seminario Vivencial de las Personas Adultas Mayores, organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) y el Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV).
En el boletín emitido por la universidad se explica que el seminario responde a los desafíos planteados por la realidad del envejecimiento de la población en el mundo y en particular en nuestra región, donde según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), para 2050 un cuarto de todos los habitantes tendrá 60 años o más, siendo que en 2010 apenas la décima parte de la población latinoamericana sobrepasaba las seis décadas.
Otro de los datos de la CEPAL es que las personas de hoy viven “en promedio, 35 años más que sus bisabuelos”, por lo que Manuel Perló Cohen, director del IIS, sostuvo que nuestras sociedades deben prepararse ante la creciente presencia que tendrán los adultos mayores, ofreciéndoles “espacio, una actividad y no considerarlos viejos en el sentido peyorativo, sino miembros de un grupo de edad diferente con limitaciones y cualidades distintas”.
Esta postura fue respaldada por Verónica Montes de Oca, investigadora del IIS y coordinadora del SUIEV, para quien “el conocimiento obtenido a lo largo de los años y el incremento de la esperanza de vida no valen si no se les da sentido en dimensiones como la familia, las redes sociales o el trabajo”.
Sin embargo, estas aseveraciones por parte de miembros de la máxima casa de estudios chocan con los esfuerzos de la propia universidad para desplazar a sus académicos de mayor edad mediante el Subprograma de Incorporación de Jóvenes Académicos de Carrera, el cual contempla el retiro “voluntario” del personal académico mayor de setenta años, a la vez que negará el acceso a la planta académica a hombres mayores de 37 años y mujeres mayores de 39.
Lo anterior ha sido denunciado por académicos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), de las nueve preparatorias, las facultades de Economía, Filosofía y Letras, Ciencias, Química, Contaduría y Administración; así como de la Escuela Nacional de Música y de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, quienes incluso desconocieron a la Asociación Autónoma del Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (AAPAUNAM) y al Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM) por considerar que negociaban con las autoridades universitarias sin tener en cuenta las inconformidades del personal.
Más allá del debate en la UNAM, la situación de las personas de la tercera edad en México es alarmante. Un informe publicado en 2012 por el Observatorio de Política Social y Derechos Humanos daba cuenta de que entre 2005 y 2010 una persona de más de 60 años ganaba en promedio 20 por ciento menos que una de entre 40 a 49 años, pues existe una tendencia a que los adultos mayores sean colocados en empleos de baja calidad.
Esta disparidad de ingresos y la dificultad creciente para conseguir empleo conforme avanza la edad se ven reflejadas en las cifras de pobreza. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2010 más del 80 por ciento de los mexicanos de 65 años o más estaba en algún grado de pobreza o con carencias, mientras que sólo el 17.3 por ciento (1.3 millones de personas) tenía todas sus necesidades cubiertas.
Si a eso se suma la crisis en los sistemas de bienestar social, el panorama es desolador. Según el director de ahorro de la aseguradora Zurich, sólo el 20 por ciento de los mexicanos tiene suficientes ingresos como para poder destinar una parte de ellos a su ahorro para la vejez. Además, en los 17 años transcurridos desde que se privatizó e individualizó el sistema de ahorro para el retiro, los trabajadores sólo han logrado ahorrar un promedio de 40 mil 668 pesos.
El martes 25, Alberto García, asesor de la vicecoordinación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados, afirmó que, si no se cambia este esquema, “cuando se cumplan 25 años del esquema de pensiones y los primeros trabajadores tramiten su retiro, el saldo promedio será de 61 mil 573 pesos, lo que alcanzará solo para pagar 2 años y medio de pensión“.
De prevalecer esta situación –y según, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en vez de mejorar se está deteriorando– será muy difícil para los adultos mayores mexicanos “visualizar el tema [del envejecimiento] como la apertura a una nueva etapa y no como un declive. La idea es que después de los 60 la gente tenga proyectos, aprenda y cambie. El objetivo es transformarse […]”, como propone Manuel Perló Cohen.
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