lunes, 7 de abril de 2014

Micros incumplen acuerdo para mejorar la prestación del servicio

Manuel Espino Bucio | A un año de que se firmó el convenio no se observan cambios en los microbuses, continúan en malas condiciones y prestando un pésimo servicio. El 3 de abril se cumplió un año de que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) aumentó la tarifa de 3 a 4 pesos en el transporte público a cambio de que los concesionarios, particularmente los microbuseros, mejoraran la calidad del servicio.
Para ello, la Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi), encabezada por Rufino H. León Tovar, y los transportistas firmaron el llamado Acuerdo Social del Transporte Público, un decálogo de obligaciones en el que se le pidió a los choferes no manejar a exceso de velocidad, contar con unidades en buen estado, prestar el servicio sin acompañantes y tener experiencia de 5 años y una edad mínima de 25 años para conducir un vehículo de este tipo. Sin embargo, este pacto, signado por León Tovar y el secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortés, con los concesionarios, quedó simplemente en un acuerdo de buenas intenciones, pues los microbuseros continúan ofreciendo el servicio en unidades en mal estado, con acompañantes y a exceso de velocidad violando el Reglamento de Tránsito. De acuerdo con las cifras oficiales, en la ciudad circulan alrededor de 20 mil micros, de los cuales, según ellos, ya sacaron de circulación más de dos mil y la meta es que en al terminar el sexenio ya no se va ninguno por las calles de la ciudad. En lo que va del 2014 se han registrado 45 accidentes relacionados con microbuseros. No obstante, el secretario de Transportes y Vialidad, Rufino H. León, confió en que sean menos de los que ocurrieron en 2013. “En 2012 hubo un promedio de 650 accidentes y en 2013 casi le bajamos a la mitad, más de 300, y en lo que va de 2014 tenemos 45 relativos con consecuencias de lesionados, algunos con lamentables decesos”, señaló hace una semanas. Señaló que también se presentan “miles” de choques denominados lamineros que son importantes para la estadística, pero que causan afectación en vialidades, por lo que afirmó que diseñan un esquema para establecer el tipo de sanción a estos transportistas. Mientras esto ocurre, en las rutas 99 y 23, que transitan en una parte de la delegación Azcapotzalco, siguen circulando unidades sin cumplir el acuerdo establecido en 2013. En un recorrido, Crónica constató que los operadores sólo dieron una “manita de gato” a sus vehículos, pero carecen de asientos cómodos y de los instrumentos necesarios para brindar los primeros auxilios. Incluso, algunos microbuses ya no traen ni la calcomanía con los puntos del Acuerdo Social para el Transporte Público que se colocó cuando entró en vigor el aumento a la tarifa. En el caso de la ruta 99, que va del Metro Cuitláhuac a Lomas Verdes, Estado de México, algunos microbuses presentan deficiencias en la carrocería, sin embargo, siguen circulando sin que la Setravi y el Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal (Invea-DF) lo impidan. Aunque por fuera se ven remozados, en su interior los microbuses de la ruta 23 (La Naranja- Metro El Rosario) exhiben asientos y pasamanos en mal estado. SONDEO. El transporte público en la ciudad no ha mejorado pese a los compromisos establecidos en 2013, así lo manifiestan usuarios consultados por este diario. Para Juan Carlos Miranda, quien utiliza la ruta 1 y la 95 del sur de la capital, “está pasando lo mismo que ocurrió con el incremento anterior (2008), donde también se comprometió mejorar las unidades, pero nunca pasó”. En tanto, Diana Cruz señaló que los capitalinos están pagando una tarifa que no corresponde con el servicio. “Las unidades están deterioradas y de ninguna manera considero que la tarifa corresponde al servicio que nos están dando”, opinó.

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