lunes, 7 de abril de 2014
Arqueólogos mexicanos hallan baños rituales de manantial en Magdala
Reyna Paz Avendaño |
Arqueólogos de la Universidad Anáhuac México Sur y de la UNAM, con licencia de la Autoridad de Antigüedades de Israel, hallan en el pueblo de Magdala –ubicado a las orillas del Mar de Galilea en Israel– tres baños rituales que se alimentan de agua de manantial (mikva’ot), evidencia arqueológica que data del siglo I y que por primera vez se registran en ese país con dichas características.
Este descubrimiento se suma a los hallazgos de la sinagoga número siete de Israel y a una piedra altar o bimá usada para la lectura de la Torá, ambos hechos en 2009 por investigadores de la Autoridad de Antigüedades de Israel. Estos tres descubrimientos representan los hallazgos más importantes para la arqueología bíblica de las últimas cinco décadas.
Marcela Zapata Meza, arqueóloga de la Anáhuac y responsable del Proyecto Arqueológico Magdala, platica a Crónica que fue invitada a realizar trabajos de excavación por arqueólogos israelitas en 2009, después de que éstos hallaron la sinagoga antigua en un terreno de 8 hectáreas destinado a la construcción de un centro de peregrinos.
Posteriormente, en 2010, la académica mexicana y su equipo de investigación recibieron la licencia de la Autoridad de Antigüedades de Israel para que México, por primera vez, encabece un proyecto sobre arqueología bíblica fuera del país.
Magdala, explica Marcela Zapata, fue durante el siglo I, o llamado también periodo del Segundo Templo (63 a.C. al 70 d.C), un puerto pesquero que distribuía pescado a todo Israel y Roma. Sobre la población, comenta, se estima que era gente muy religiosa, de una casta sacerdotal importante y económicamente rica; sin embargo, los últimos registros de actividad en Magdala datan del siglo II, después de que los judíos fueran sometidos por los romanos.
“El descubrimiento de los tres baños rituales son únicos, pues son los primeros que se registran en toda la historia de Israel con la característica de que en lugar de surtirse por agua de lluvia, recogen el agua de los manantiales, lo cual los cataloga como los más puros. Representan un contexto ritual y religioso muy importante”, señala.
La pureza de estos baños utilizados por la comunidad judía se los confiere la mishná (ley judía), documento que establece que el agua subterránea es sinónimo pureza y por tanto, los lugares con este tipo de fluido son considerados los más puros para la realización de rituales.
“Estos baños rituales se descubren en un lugar donde especialistas y arqueólogos israelíes decían que no se descubrirían instalaciones para la purificación ritual ya que el Mar de Galilea se surte de agua de manantial y en la antigüedad éste debió de haberse usado como baño ritual y por eso se pensaba en la inexistencia de baños como los hallados”, explica la arqueóloga.
SINAGOGA. Marcela Zapata también destaca que el hallazgo de la sinagoga es importante para la arqueología bíblica porque es la séptima sinagoga que se descubre para el siglo I, que es justo antes de que los romanos destruyan el Templo de Jerusalén en el año 70, pero además es la primera sinagoga que hay a orillas del Mar de Galilea que se fecha para la época.
La sinagoga que se estima fue construida durante el año 20 y 30 dC, con la particularidad de tener pisos de mosaicos y muros que conservan estuco y pintura original. Hasta el momento, los arqueólogos han detectado que el recubrimiento fue elaborado con una mezcla de cal y sobre el que colocaron diseños geométricos de color naranja, rojo, verde y azul.
Además, los investigadores hallaron en la parte central de la sinagoga una piedra-altar o bimá: piedra caliza labrada en altos y bajos relieves que representan un candelabro de aceite de siete brazos (menorá) y el carro de fuego del profeta Elías, que de acuerdo con la especialista de la Anáhuac, su función era sostener la Torá para que la comunidad realizara la lectura sagrada.
“Es la única piedra-altar que tiene la representación de una menorá que para esa época, siglo I, el único lugar donde debió haber estado es en el sancto sanctorum de Jerusalén”, señala.
Actualmente la Universidad Anáhuac México Sur resguarda una réplica de la piedra-altar que llegó a principios del mes pasado (elaborada por Universidad Anáhuac México Sur) y trabajan en la planeación de conferencias sobre el proyecto Magdala, así como en la logística de una exposición sobre arqueología bíblica en el Museo Nacional de las Culturas en coordinación con el INAH.
ANÁLISIS. El equipo de mexicanos liderados por Marcela Zapata Meza tiene a su cargo la exploración de tres hectáreas de la zona arqueológica, de la cual sólo han excavado 2 mil 100 metros cuadrados, es decir, el 7% del terreno.
Hasta el momento, destaca la especialista, han hallado cerca de mil 700 monedas, han reunido 10 mil bolsas con materiales de vidrio, metal y lítica tallada y pulida, además de tres contenedores de piezas cerámicas. Todo relacionado a contextos rituales, de almacenamiento, producción, preparación de alimentos y actividades de pesca.
La arqueóloga detalla que en convenio con la UNAM, “realizan análisis de tierra de Magdala para determinar la química del suelo por parte del doctor Luis Barba Pingarrón y, además los análisis paleobotánicos y de paleoambiente a cargo de la doctora Emily Mc Clung del Instituto de Investigaciones Antropológicas. Lo demás, es decir, los materiales se están analizando en Israel”, asevera.
Marcela Zapata comenta que en el verano de este año regresará a Israel para analizar la lítica, tarea que tiene asignada, y en dicha visita también realizará excavaciones menores que ayuden a entender el contexto ritual de la zona para que en el 2015 puedan preparar una temporada larga de excavación.
OPORTUNIDADES. Para la académica, este proyecto representa un reconocimiento al trabajo arqueólogo de México en el extranjero ya que demuestra que los mexicanos pueden hacer arqueología en cualquier lugar porque su formación y las técnicas aprendidas les permiten trabajar en cualquier parte del mundo.
Sobre la arqueología bíblica, dijo, es algo poco común en el país. “Nos gusta Oriente Medio en general y hay arqueólogos que han buscado especializarse en lo que es Egipto, Mesopotamia, Roma, más hacia lo clásico griego, pero no Israel. Este es el primer proyecto de México sobre arqueología bíblica y la idea es abrir una nueva línea de investigación en el país”, concluye.
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