martes, 30 de septiembre de 2014

¿Por qué en España llaman nazis a los catalanes?

Jaume Pros (fuente: la red) Comparar a los catalanes con los nazis se ha convertido en un recurso habitual en los medios de comunicación nacionalistas españoles. Pero no son sólo los periodistas los que lo hacen. Encontramos políticos españoles de ideologías diversas que también califican así a los catalanes. En conjunto, estos políticos, dejan de lado su posicionamiento ideológico para unir sus voces en contra de Catalunya, su gente y sus aspiraciones colectivas. Llamar nazi al pueblo catalán tiene, si se me permite, su guasa. Y es que fue el nacionalismo español, encarnado en la figura del general Franco, el que mejores migas hizo con el nazismo de Hitler. Y fue precisamente la Gestapo quien detuvo y entrego al presidente catalán Lluís Companys a Franco para ser fusilado. Que el españolismo califique de nazi al catalanismo no hay por donde cogerlo. Sólo es necesario analizar por separado el ritual, la simbología y la indumentaria de los sectores radicales nacionalistas españoles y la de los independentistas catalanes, para comprobar que algo no cuadra a la hora de llamar nazis a los segundos. Hablamos de dos nacionalismos confrontados. El español: uniformizador y unitarista en base a un modelo social, cultural y lingüístico castellano, y el catalán: que defiende su modelo social, cultural y su lengua propia (además de saberse expoliado económicamente). Un nacionalismo —el español— que quiere ser y que el resto también sea, y otro —el catalán— que sólo quiere ser sin imponer nada a nadie.
¿Un pueblo es nazi por el simple hecho de querer decidir democráticamente su futuro? Es más, ¿ser independentista es sinónimo de nazi? ¿Consideran los suecos nazis a los noruegos por qué un día se independizaron? ¿Son nazis los argentinos por haber dejado en el pasado de ser españoles? ¿Llamaríamos nazis a los brasileños por qué no quisieron ser portugueses? ¿Son nazis los norteamericanos por haber proclamado su independencia aquel 4 de julio de 1776? Pero, entonces, ¿Por qué tanta insistencia en identificar a la sociedad catalana con el nazismo? Hay un motivo. Un motivo gravísimo. Y la respuesta ya viene implícita en el hecho de que en el Estado español acusar a los catalanes de nazis y de que actuan como éstos, no esté tipificado penalmente. Eso, no estaría permitido en ninguna democracia occidental. El objetivo, digámoslo claro, es deshumanizar a la sociedad catalana convirtiéndola en un ente ideológico abstracto. Se trata de que los ciudadanos españoles dejen de ver a los catalanes como hombres, mujeres y niños, haciendo de ellos una masa uniforme repulsiva. Se odia lo malo y el nazismo es lo peor. Por lo tanto, si los catalanes son nazis, está permitido —es prácticamente obligatorio— odiarlos. Nada de lo malo que le pueda pasar a los catalanes será reprobable, porque se lo habrán merecido. Y, ojo, porque capítulo aparte merecen los que asienten con su silencio cómplice. En España grandes defensores de las causas bolivarianas, palestinas o saharauis; con los catalanes, ignorantes. Y ya no digamos del triste y vergonzante papel colaboracionista de los españolistas asentados en Catalunya. Ni una crítica, ni una palabra de reproche a los que insultan a su pueblo. ¿Qué esperarán? ¿Un premio? Realmente, los que relacionan a los catalanes con los nazis no son mejores que los que promovieron las luchas étnicas entre hutus y tutsis en Rwanda con el posterior genocidio. Los que llaman insistentemente nazis a los catalanes —son los teóricos de una gran España—, se encontrarían como pez en el agua al lado de Slobodan Milošević y en su sueño de crear una gran Serbia. Por eso no hay compasión ni ningún tipo de escrúpulo cuando se trata de los catalanes. Porque no son hombres, ni mujeres, ni niños. El pueblo catalán sencillamente quiere votar democráticamente y decidir su propio futuro, no el de nadie más. Pero eso es motivo suficiente para ser considerados como nazis por el españolismo mediático y político, y, como tales, deben ser tratados.

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